Luego de evacuar el salón de Mamen; Aitana, Miriam y Mimi habían seguido a la enfermera del instituto a su oficina donde les había ofrecido lo que posiblemente era la bebida para azucarada que habían probado en sus vidas. De hecho, era tan dulce, que Mimi se había convencido de que si bebía más, comenzaría a alucinar con unicornios y arco iris. La enfermera, quien Mimi había tenido la fortuna suficiente para evadirla durante toda su experiencia en el colegio, les indicó que era todo recetado por causa del "shock" y les pidió que se sentaran por unos minutos para recuperar la postura. Mimi casi resoplaba una burla por el comentario, imaginarse recuperar la postura era un chiste cuando se trataba de Ana en el hospital y su condición siendo desconocida.
Una vez que habían terminado con la bebida inductora a la diabetes, la enfermera había escrito para cada una un pase de llegada tarde para sus respectivos profesores. Las tres chicas los tomaron precipitadamente; ansiosas por escapar de las fronteras de la oficina y discutir la situación y sus planes desapercibidas.
Finalmente estando solas en el abandonado y de alguna manera rara, silencioso pasillo, las chicas hicieron camino a los baños más cercanos. Aitana chequeaba debajo de todas las puertas, confirmando que estuviesen vacíos mientras Mimi, cuan larga es, se colocaba frente a la puerta para prevenir que alguien entrase.
-Me voy al hospital -dijo Mimi simplemente- No me importa si es la primera vez que me escapo. Necesito confirmar que Ana se encuentra bien.
-¿Y si nos atrapan? -preguntó Miriam nerviosa.
-Me la suda -concurrió- No sé tú pero ver a Ana así me ha cagado. Nunca voy a ser capaz de concentrarme esta tarde luego de verla en esas condiciones.
-Yo tampoco. No pueden esperar que nos quedemos y pretendamos que nada ha pasador joder.
-Exacto. Así que me voy -pausó para ver a Aitana- Asumo que eso significa que vienes conmigo también.
-Claro tía. Si pudiese haber irme ido con ella lo hacía. No hay nada en la tierra que me mantenga quedarme aquí mientras ella está allá.
-¿Miriam?
Miriam se veía confusa con la decisión en su cabeza antes de responder.
-Que les den, nos piramos de aquí ahora mismo.
-Yo pago el taxi -dijo Mimi mientras hacía la llamada.
Eventualmente, las chicas consiguieron llegar fuera del instituto siendo desapercibidas, cada una navegaba por el espacio desierto, cada una alerta por algún profesor o adulto que detuviera su camino. Mimi sentía su corazón latir a mil por hora en su pecho, parcialmente nerviosa por su nueva rebeldía pero más que todo concertada por lo que pudiesen encontrar una vez que llegasen al hospital.
-¿Qué vamos a hacer con Amaia? -preguntaba Miriam mientras comenzaban a caminar por el estacionamiento.
-Está en clase en este momento. No hay mucho que podamos hacer.
-Le envío un mensaje para avisar lo que ha pasado -ofreció Miriam- La llamamos en el almuerzo una vez que sepamos algo más.
Una vez fuera esperaron hasta que el taxi arribó frente a ellas una calle adelante del instituto. Se sentaron las tres en el asiento trasero.
-Estás muy calladita -comentó Mimi que se encontraba al medio de las dos chicas, viendo a su lado a Aitana- ¿quieres hablar?
Aitana volteó para verla a los ojos y sonrió en agradecimiento.
-Realmente no
Mimi sonrió triste en respuesta a las palabras de Aitana y dirigía su atención a la vista de enfrente.
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Guerras y Tribulaciones
FanfictionAdaptación de Trials and Tribulations. Todos los créditos van a su escritora.