-Hola. -decía Miriam, su pequeña voz mientras golpeaba la puerta abierta de la habitación de Mimi, Inma habiéndola dejado subir las escaleras. -¿Puedo pasar? -preguntó, entrando vacilantemente, los ojos de la rubia mirándola de cerca desde donde estaba tumbada en la cama, el diario de Ana abierto en sus manos donde había estado leyéndolo.
-Parece que ya lo has hecho. -señaló abrasivamente, poniendo el diario en la mesilla de noche de su lado y cambiando su posición para estar ahora sentada recta contra el cabecero de la cama.
-Mimi, ¿por favor? -dijo, despacio haciendo su camino en la habitación un poco más hacia adentro, sus manos jugando nerviosamente juntas delante suyo.
-¿Qué? -preguntó bruscamente, sus ojos comunicando el resentimiento que sentía hacia su amiga. -¿Qué quieres Miriam? -prácticamente escupió.
-Quiero disculparme contigo por lo de antes. -le dijo seriamente y Mimi resopló burlonamente en respuesta a las palabras, sabiendo que la disculpa de su amiga no cambiaría lo que había pasado, no haría que todo estuviera bien mágicamente, no mejoraría la situación ni lo más mínimo.
-¿No crees que es un poco tarde para eso? -cuestionó sarcásticamente, mirandola significativamente mientras se paraba en el final de la cama.
-Escucha, estoy realmente arrepentida de lo que dije. Sinceramente, me siento terrible sobre lo que pasó. No estaba pensado correctamente...
-No me jodas. -interrumpió, murmurando en voz baja.
-Lo siento mucho. Por favor dime cómo puedo hacer para recompensártelo.
-No hay nada que puedas hacer. -contestó simplemente, inclinándose para encontrarse de frente con la mirada de su amiga. -Lo que está hecho, está hecho ahora. No puedes deshacerlo. No puedes hacerlo correcto. No puedes desear que no hubiera existido.
-Sé que estás enfadada conmigo... -empezó pero el sonido de la risa sarcástica de su amiga la paró en las palabras que estaba diciendo.
-Mierda, claro que estoy enfadada contigo, -intercedió riéndose de nuevo. -¿Tienes alguna idea de lo que hiciste? ¿La tienes?
-¿Está Ana bien? -preguntó, sin haber hablado con Mimi desde que se fue en la comida pero habiendo escuchado de Amaia sobre el incidente de la biblioteca.
-¿Acaso te importa?
-Claro que sí. -dijo, su voz creciendo más fuerte, evidentemente insultada por la insinuación de Mimi. -Ana es mi amiga también...
-Oh, ella es tu amiga ahora otra vez ¿no? -preguntó, balanceando sus piernas sobre el filo de la cama y levantándose, -Eso es raro porque antes no era lo suficientemente buena para mí. Se estaba aprovechando de mí, usándome... ¿no es eso lo que dijiste?
-Nunca dije eso. Sabes que no es eso lo que quería decir, solo estoy preocupada por ti...
-Bien. -concedió, ignorando la última mitad de la frase de Miriam. -A lo mejor no quisiste decir esas palabras exactamente pero eso es lo que insinuaste y es casi lo mismo.
-Pero no dije nada que no fuera cierto, -contestó, su voz firme. -Haces mucho por Ana...
-De buena gana. -la cortó enfadada. -Lo hago de buena gana porque la quiero...
-Ahora, -interrumpió, su propia voz creciendo con irritación. -La quieres ahora pero quien sabe siquiera si estaréis aun juntas en un mes. No puedes desperdiciar tu vida por alguien que...
-No estoy desperdiciando mi vida. -objetó furiosamente.
-Madre mía, ¿te estás acaso escuchando? Solías ser una estudiante de sobresalientes Lo y ahora a penas sacas un aprobado raspado. Incluso suspendiste el último examen de historia o ¿no te acuerdas?
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Guerras y Tribulaciones
FanficAdaptación de Trials and Tribulations. Todos los créditos van a su escritora.