Capítulo 35. "Frecuencia cardíaca"

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No mucho más tarde de que Ana se despertara, un doctor alto con pelo gris y buen traje, a quien Mimi reconoció como el neurólogo de su novia, llegó para revisarla habiendo sido llamado por la enfermera a cargo de su cuidado quien informó del reciente cambio en su condición. El le pidió que esperara fuera mientras él realizaba su evaluación, sin embargo, mientras hizo un movimiento para obedecer, Mimi sintió la mano de Ana hacer fuerza alrededor de la suya con firmeza; su agarre fuerte y determinado; su ojo abierto ampliamente con miedo mientras silenciosamente le suplicaba a su novia que se quedara. Ella miró hacia el doctor inquisitivamente y sintió como sus ojos cayeron en sus manos entrelazadas, obviamente entendiendo la angustia de Ana y la concesión de permiso para que ella se quedara donde estaba.

Después de que terminase su evaluación, el doctor informó a la enfermera que la morena estaba lo suficientemente estable para retirar la intubación y se giró hacia su paciente, explicando el proceso a Ana cuidadosamente, asegurándose de que ella entendiera lo que iba a pasar incluyendo cada pequeño detalle en su descripción. En este momento, él también compartió que podía ser un poco angustiante para la familia verlo y probablemente sería lo mejor para Mimi esperar fuera mientras lo hacía. Ana la había mirado a vacilante, con un claro y profundo dilema interno en sus ojos chocolate y en la expresión de su cara. Finalmente, Ana, habiendo aclarado su mente, relajó la mano que sostenía la mano de la rubia y asintió en entendimiento, inclinándose para besar a su novia en la frente brevemente antes de desaparecer fuera para sentarse en el área de espera.

Mientras ahí, Mimi sacó su móvil para mandar un mensaje a Amaia y Miriam, informándoles de que Ana se había despertado y de momento parecía estar bien. Después llamó a Aitana, quien cayó en un alucinado silencio durante cinco minutos antes de encontrar las palabras para responder. Rápidamente le dijo que estaría en el hospital tan pronto como sus padres llegaran del centro comercial y le pidió que le diera un abrazo enorme y un beso de su parte hasta entonces, a lo que ella estuvo de acuerdo. Insegura de si el hospital llamaría a los padres de Ana, también marcó su número, Alicia descolgando inmediatamente después del primer tono. Ella explicó lo que había pasado y Alicia le agradeció la llamada, informándole a la joven que habían contactado con ellos hace unos minutos y que aparecerían una vez que dejasen a Joaquín con su abuela.

Después de unos diez minutos, el doctor salió de la habitación con una sonrisa amable en su cara y le hizo una seña para que entrase, explicándole que tanto como podía decir, Ana parecía estar bien. Le dijo que parecía que no tenía ninguna deficiencia neuronal nueva como resultado del prolongado ataque pero advirtió a Mimi que el habla de Ana parecía haberse deteriorado significativamente desde su entrada, debido a la fatiga o a la actividad epiléptica, él no podía estar seguro.

Ella volvió al lado de la cama de su novia ansiosamente, su neurólogo yéndose a ver a otro paciente mientras ella tomaba el asiento con el que estaba extremadamente familiarizada durante los últimos días. Cogió la mano izquierda de Ana una vez más, sus dedos acariciando ligeramente la cicatriz del antebrazo de su novia reflexivamente y apoyando sus codos en la cama, cerrando la distancia entre las dos. Ana ahora estaba ligeramente sentada, ambos ojos cerrados, una mascarilla de oxígeno cubriendo su boca y su nariz. Sus párpados parpadeando con la caricia de Mimi, el derecho continuando relativamente cerrado debido a la hinchazón, el izquierdo completamente abierto mientras ella giraba su cabeza para mirar a la rubia sentada al lado de su cama.

Ella sonrió a su novia, besando ligeramente la parte de atrás de su pequeña mano y causando que la esquina de la boca de Ana se moviera un poco en respuesta.

-Hola. -dijo Mimi. Su voz era suave y estaba insegura de si Ana sería capaz de responder después de escuchar lo que le había dicho su neurólogo con respecto a su habla.

Guerras y TribulacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora