Capítulo 56. "Bastante"

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-Hola Mimi. -djio vacilante. Sé que puedo parecer un poco desastre ahora mismo peroeso es porque soy un desastre...Estoy en un jodido desastre y no sé qué hacer más. No sé quedebería estar haciendo...no sé...no entiendo... -sollozó, bajando su mirada hasta el suelodurante un momento evitando la lente de la cámara en un intento de esconder su cara, suslágrimas; sintiéndose avergonzada. -Lo siento. -murmuró, en voz baja, silenciosa. -Lo siento tanto...es todo mi culpa...soy una jodidaidiota...yo sólo...lo siento...lo siento mucho...no es justo para ti, lo sé...no te mereces estamierda...no te mereces que te arrastre conmigo...pero tenía que hacer algo...tenía que mandartealgo... -Ana levantó su cara de nuevo y parecía demacrada y pálida, los círculos oscuros de de bajo desus ojos traicionándola con su falta de sueño. -Te echo de menos...te echo tanto de menos Mimi y duele, todo duele. Sólo quiero morir. Noquiero esto más...no lo quiero...No puedo hacerlo. No sin ti. No yo por mi cuenta.... es demasiadoduro... mis pensamientos... son demasiado... se están burlando de mí. No paran. Es todo loque hacen. Es todo lo que hacen, cada segundo de cada día y no puedo silenciarlos, no puedo. Sontodo lo que escucho. -se limpió la cara con la parte de atrás de su mano izquierda, frotándose los ojosfuriosamente, enfadada.-Es tan jodidamente doloroso queme hace querer darme cabezazos contra la pared hasta que no pueda escuchar nada más...hastaque no pueda pensar más...hasta que sólo haya silencio...solo quiero que se callen...lonecesito...por favor, solo...necesito que paren... -ella miró alrededor de su habitación en la que estaba sentada aparentemente distraída. -Odio estar aquí. Hay tanta gente y no me dejan sola...ellos siguen comprobándometodo el tiempo...están preocupados...están preocupados de que haga algo y tienen razón deestarlo. -Admitió. -Si puedira tan solo estar a solas adecuadamente, solo durante unosminutos...solo, sola...con algo...como...como un cuchillo...entonces no sé... -dijo pensativamente, sus ojos mirando hacia la pared.Suspiró cambiando de tema ligeramente. -Siguen queriendo que hable... Todo el mundo sigue diciéndome que necesito hablar pero no quierohablarles...les odio. -gritó. -Sólo me tienen aquí... encerrada... siento como si estuviera atrapada y no pudiera respirar Mimi... siento como que me estoy ahogando... es tan jodidamenteclaustrofóbico esto.

Ana abrió sus ojos y se apretó la parte de detrás de su cuello con su mano izquierda. 

-No quiero...no quiero estar aquí... -dijo su voz en bajo y poco clara sobre si se estaba refiriendo ala rehabilitación o a estar viva en general. -No quiero esto...no merece la pena...nada merece lapena...nada... -Ana bajó su mano de nuevo para apoyarla sobre su regazo. -Lo siento. -se limpió, frotándose la nariz con la parte de atrás de su mano, intentando contenerun sollozo. "Lo siento mucho... -dijo bajando la voz, moviendo su cabeza y entendiendo su brazopara apagar la cámara, la pantalla volviéndose negra. 

-Eso ha sido intenso. -dijo Inma desde su posición en la puerta donde había estado de pie pasandodesapercibida, su hombro apoyado contra el marco mientras escuchaba el video de Ana.Mimi miró hacia su madre, una mirada de sorpresa en su cara ante la intrusión inesperada.Estaba sentada en su cama, su espalda apoyada contra el cabecero de esta mientras su portátilestaba apoyado en sus piernas encima del edredón. 

-Sí. -reconoció, limpiándose la cara durante un momento y librando a sus mejillas de laslágrimas que  habían caído sobre ellas mientras veía la desesperación de Ana una y otra vez. -Supongo. 

Después de que Ana le hubiera dado los videos, Mimi había pasado mucho tiempo haciendosu camino en ellos, viendo cada uno de ellos, uno por uno. A veces lloraba, otras se reía, peroninguna, ni una, se había visto inafectada por su contenido. Siempre había sentido algo enrespuesta a los videos de Ana pero a diferencia del resto de los que había visto, este, habiendo sido el primero que había hecho su novia, siempre parecía afectarla más. No sabía porquélo estaba viendo ahora, especialmente porque la destrozaba ver a Ana tan rota, escuchar a sunovia hablar sobre ella con tanto desdén e ira. Podría haber elegido ver cualquier video de la morena, pero, no lo hizo. Había elegido este yuna parte de ella pensó que lo había elegido porque mostraba claramente lo mucho quepositivamente había cambiado Ana desde que originalmente lo hizo. Quería aferrarse aese pensamiento, a ese conocimiento, durante su separación, porque por mucho que habíaintentado lo contrario, no podía evitar preocuparse de su novia cada segundo de cada día queestaban separadas. 

Guerras y TribulacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora