Capítulo 12. "Ahora"

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Desde el otro lado del patio Ana saludaba con su mano hacia la dirección de las chicas, Mimi ofrecía una sonrisa de vuelta mientras observaba a la pequeña chica navegar a través del mar de gente que se encontraba en el patio del instituto. Mimi sentía como Aitana se acercaba a su lado, cuando Ana hacía camino hacia la mesa donde el grupo de chicas se sentaba normalmente para el almuerzo, colocaba una mano en señal de advertencia sobre su hombro. Se volteó a ver a Aitana y asentía con su cabeza en entendimiento. Finalmente, Ana llego frente a Mimi y Aitana, las mangas de su jersey estaban estiradas hasta sus manos, en obvia temeridad. Ambas notaron las bolsas oscuras debajo de los ojos de Ana dando a sugerencia que había dormido en un parpadear esa noche. Mimi estudiaba las facciones de Ana muy cuidadosa, notando su complexión pálida y la manera que se veían sus, normalmente, ojos brillantes de un café chocolate, ahora estaban opacos y brumosos. Mimi sentía como las miradas de sus amigas estaban firmemente sobre Ana con interés, el drama que había pasado durante homeroom el lunes seguía fresco en la mente de los estudiantes. Ana intentó lo mejor para ignorar el escrutinio pero Mimi podría percibir que se sentía incómoda debajo del peso de todas las miradas al rededor.

Mientras Ana llegaba a parar frente a Mimi, ella dirigía su mirada a las manos de Ana y se sentía consternada al encontrar que apretaba su muñeca izquierda con su mano derecha sobre su jersey, el usualmente cabestrillo que usaba ahora estaba prominentemente ausente. La rubia examinaba la parte trasera de la mano izquierda de Ana, notando un moretón de color púrpura oscuro siendo visible entre su dedo del medio y el índice, desapareciendo debajo de su jersey y probablemente esparciéndose por toda su muñeca. Mimi no estaba segura, pero le parecía que la mano de Ana estaba más inflamada de lo que estaba ayer y luego recordó el ataque de frenesí que tuvo frente al capó del auto; sintió su corazón hacerse pequeño arrepintiéndose de no haber sido capaz de detener que se lastimara en su explosión.

-Hola, -decía Ana llamando la atención de Mimi de vuelta a su cara. Ana daba a Miriam y a Amaia un saludo tímido con su mano hacia donde estaban, ellas regresaban el gesto.

-Hola, -decía Mimi, incierta, su valentía y seguridad de hace unos segundos había escapado de repente ahora que Ana se encontraba frente a ella. - ¿Qué haces aquí? Pensé que te quedaría en casa hoy. -dijo con una voz calmante y dulce.

Ana compatía una mirada con Aitana antes de ver de nuevo a Mimi y precipitadamente de vuelta hacia sus manos nerviosa.

-Si...me voy, -comenzaba, con una voz baja e insegura- a q-q-quedar...en...c-casa.

-¿Cómo llegaste hasta aquí? -preguntaba Miriam volteándose en su asiento para ver de frente a Ana. -¿Tu padre te ha traído?

Ana negaba con su cabeza y en lugar de hablar, hacía la mímica de caminar con su dedo índice y el de en medio de su mano derecha.

-Ana, -dijo Aitana alarmada. -Son cuarenta minutos de camino.

Ana se encogía de hombros al comentario de Aitana, dirigiendo su atención de vuelta a Mimi quien la miraba con cuidado.

-N-ne...neces-sitaba...- comenzaba, humedeciendo sus labios y movía su mandíbula en modo de terapia para intentar que le ayudase a hablar. -v-verte...-luchando para decir las últimas palabras, Ana visiblemente abandonó el intento, y optó por sólo señalar a Mimi con su dedo índice.

-Estaba a punto de ir a verte, -informaba Mimi y Ana se veía sorprendida por la revelación. -Mira, por lo de ayer...

No le dio tiempo de acabar, Ana se acercaba a ella para colocar su dedo índice sobre sus labios para silenciarla. Mimi se veía confundida pero siguió el mandato de Ana y dejo de hablar.

-Lo...s-s-iento. -gestionó pronunciar y la mandíbula de Mimi caía en shock.

-Espera, ¿lo sientes? -preguntaba confusa. -Yo iba a pedirte perdón.

Guerras y TribulacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora