Capítulo 17. "Lo prometo"

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Muchísimas gracias por los que aun seguís leyendo, besos!

Ana recordaba poco luego de lo sucedido. Un minuto estaba consciente del contacto que hacia su mano con la de Mimi, el calor que emanaba su cuerpo proporcionándole comodidad, sus dedos juntos entrelazados disminuyendo su preocupación. Y al siguiente minuto, se encontraba sentaba en un cuarto de interrogatorio en una pequeña estación policial, una mesa y cinco sillas era lo único que ocupaban el espacio en la habitación aparte del espejo de un sólo lado usado para observar los interrogatorios. Había un reloj grande colocado en la pared y producía el único sonido que provenía del eco de la manecilla de los segundos.

Ana recordó estar en el almuerzo, recordó a David y sus burlas; el firme agarre de Aitana mientras luchaba para salir libre de él, golpeando accidentalmente a Mamen. Ana también recordaba al director del colegio acercarse y la mirada de preocupación en el rostro de Mimi cuando el había pedido que lo acompañase. 

"Creen que finalmente han encontrado al conductor que te atropelló". Esas eran las últimas palabras que Ana recordaba distintivamente antes de todo el ruido de fondo, audible pero no entendido ni reconocido por ella. Ahora, Ana se encontraba en el cuarto con nada de conocimiento sobre como habría llegado hasta ahí, justo como todos los demás detalles de su accidente, tragados en el mismo desconcierto, el mismo hoyo negro, nunca para molestarla de nuevo. Ana estaba consciente de pequeñas cosas mientras se sentada entre su madre y su padre de frente a dos detectives de la policía que traían unos rostros muy simpáticas desde el otro lado.

Podría aún sentir el frenesí provocado por los nervios en su brazo izquierdo mientras se encontraba ahí, oyendo pero no escuchando, viendo pero realmente no observando lo que sucedía a su alrededor. Estaba consciente de una manera vaga de los portafolios sobre la mesa frente a ella y que las detectives hablaban con sus padres. Podía escuchar el enojo en el tono de voz de su padre al responder, pero si alguien le pedía que repitiese la conversación luego; no sería capaz de hacerlo, sus oídos parecían llenos de algodón, el ruido sonaba extrañamente distorsionado y distante. Ana tenía un dolor de cabeza, de eso sí que no tenía dudas y elevaba su mano derecha para frotar su sien en un intento fallido de calmarlo.

Su cabeza tenía una contextura pegajosa al tacto y limpió el sudor de su ceja con la parte trasera de su palma ligeramente. Realmente Ana sentía que estaba sumergida en el agua, ahogándose, su pecho se comprimía, de una manera dolorosa, mientras luchaba por conseguir aire al sentir la falta de oxígeno adecuada. Podía sentir su corazón latir furiosamente y no podía quitar de su mente la idea que cualquier momento rompería su pecho por la manera tan pesada que latía. Se sentía mareada y deseada más que nunca poder descansar su cabeza sobre la mesa y cerrar los ojos para dormir, pero, en la profundidad de su mente, la lógica le dijo que no podía, que lo que estaba sucediendo a su alrededor era muy importante por lo tanto debería tratar mantenerse despierta. Su boca estaba casi completamente seca y dolía cada vez que intentaba tragar, su saliva más o menos inexistente.

-Estoy teniendo un ataque de pánico. -se dio cuenta de repente y entrecerraba sus ojos en intento de concentrarse en las detectives sentadas frente a ella, haciendo un esfuerzo concertado para controlar su respiración, para calmarla. Escuchó la voz de Mimi en el fondo de su cabeza diciendo, "sólo respira, banana." y Ana trató de obedecer a su voz que tenía un efecto analgésico en ella, quien deseaba que la rubia estuviese ahí junto a ella, para asegurarle que todo iba a estar bien, que no pasaría nada.

-Ana, -una suave, calmante voz se dirigía a ella y Ana tomó un momento para darse cuenta que era de la detective del otro lado de la mesa. Lucía un conjunto de azul marino, tenía pelo rubio, largo y brillante con un par de ojos azules penetrantes quienes observaban a Ana de cerca con evidente desconcierte y entendimiento. -¿quieres algo de beber?

Guerras y TribulacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora