Capítulo 38. "Siempre"

1K 78 7
                                    

Muchísimas gracias por seguir leyendo a pesar de ser yo lo peor que hay en wattpad. Besos a todxs!!!

-¿Segura? -preguntó a Mimi mientras envolvía sus brazos alrededor de la cintura de su novia y enterraba su cara de nuevo contra su pecho.

-Estoy segura. -contestó, haciendo más fuerte su agarre sobre ella consoladoramente y besando lo alto de su cabeza. -Sólo estoy nerviosa. -admitió, acariciandole la espalda con una de sus manos suavemente mientras la sostenía.

-Igual. -dijo de acuerdo, girando su cara para mirarla una vez más, una pequeña sonrisa en sus labios. -Yo....qq...qqq...quieeero... -empezó, pero paró, su habla demasiado difícil para expresar lo que estaba intentando decir.

-¿Qué pasa con las otras? -preguntó, sabiendo que no estaban solas en la casa.

-No....están...invitadas. -bromeó y ella se rió en respuesta.

-Banana. -dijo silenciosamente después de un minuto cuando sus carcajadas pararon queriendo aclarar algo con su novia. -No estás haciendo esto por mi ¿verdad?

-No. -contestó, moviendo su cabeza de lado a lado amablemente. -Por mi.

-¿Por qué ahora? -le preguntó interesadamente. -¿Por qué esta noche?

Se encogió de hombros en respuesta, no porque no supiera porqué quería tomar ese paso con ella esta noche, pero, porque aún no podía hablar adecuadamente, no podía compartir esas razones con su novia. Una vez más Ana estaba atrapada en su propia cabeza y deseaba, más que nada poder articular y vocalizar, para poder contarle sus pensamientos, comunicarle el hecho de que se sentía segura con ella, de que estaba tan harta de estar enferma y emocionalmente entumecida después de su reciente estancia en el hospital con la medicación que le habían dado que daría cualquier cosa por sentirse verdaderamente viva de nuevo, incluso aunque fuese solo por unos minutos.

Así era como Ana se sentía cuando estaba con ella, como si finalmente fuera capaz de experimentar las emociones que había perdido desde el accidente; felicidad, alegría, y amor. Antes de que Ana la hubiera conocido, ella había estado como su brazo izquierdo deteriorado justo después del accidente, insensible e inútil, presente pero sin funcionar en su completa capacidad. Después, tuvieron su oportunidad de conocerse en el pasillo el primer día de colegio y Ana había empezado a despertarse, justo como su brazo había hecho. Ella había empezado a involucrarse en cosas de nuevo, había empezado a encontrar su propósito, se había vuelto lentamente más funcional, y había sentido aquellas emociones de nuevo volviendo a ella como la incómoda sensación de las agujas que había experimentado después de un brazo muerto, pequeñas al principio; como la diversión que viene con una broma mal contada o la felicidad de sentirse incluido y no ignorado por tus diferencias. Después, la sensación había continuado mejorando en su mano, el área creciendo con cada día que pasaba, tanto como lo habían hecho las emociones que había experimentado. Gracias a Mimi, habían evolucionado de simples estados de ánimo como la felicidad hasta abarcar todo el amor y la lujuria, la ira y la tristeza. Ella ya no estaba entumecida, no solo existía. Estaba viva y todo había sido gracias a la chica cuyos brazos la envolvían ahora, su salvadora y su salvación sin saberlo, Mimi.

Eso era parte de la razón por la que Ana había estado tan física con ella recientemente, porque la ayudaba a estar cerca de ella, ser capaz de tocarla y besarla. Ella hizo que Ana sintiera de nuevo solo por ser ella misma, proporcionandole sus promesas tranquilizadoras, su apoyo firme e inquebrantable, su interminable presencia, pero, cuando la besaba, cuando intimaban, aquellos sentimientos crecían exponencialmente y de alguna manera conseguían bloquear todos los pensamientos negativos que Ana aún tenía a veces, todas las dudas. Ana la necesitaba ahora más de lo que ella nunca podía saber o entender porque aquellos pensamientos se estaban arrastrando de vuelta en su mente, hacienda que se cuestionara si tenía la fuerza suficiente para pasar por todo esto de nuevo, para empezar desde el principio con su habla una vez más mientras se enfrentaba a la posibilidad de otra larga recuperación.

Guerras y TribulacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora