Capítulo 49. "P.P.D"

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Mimi se había despertado la siguiente mañana con el intruso sonido de la alarma de su despertador, Puturrú lamiendo su pie derecho con entusiasmo, la extremidad sobresaliendo por debajo del edredón como resultado de haberse salido mientras se movía por la noche,exponiéndose para su atención. Le tomó un momento apagarla y se frotó furiosamente con la parte de atrás de sus manos los ojos, girándose hacia el frente y deslizando su pie debajo del protector edredón, el movimiento haciendo que Puturrú saltara de ansiosamente mientras intentaba atraparla. Estiró sus brazos, sus músculos y sus articulaciones rígidas,protestando por la reclamación que estaba poniendo en ellos tan pronto en el día, pero pronto relajándose, la tensión en ellos evaporándose en un mero instante. Enterró su cara en la almohada y gruñó fuertemente, negándose a levantarse para ir a la escuela, sintiéndose demasiado cómoda en su cama de matrimonio, envuelta en el calor de su edredón. Sintió las pequeñas patas de Puturrú trazar un largo camino por su espalda, el balance del pequeño perro precario en numerosas ocasiones mientras hacía su camino hacia la cabeza de Mimi y hasta la almohada a su lado. Sintió algo sólido moverse a su lado con la molestia de Puturrú y recordó que se había quedado dormida mientras miraba a Ana durmiendo a través de su portátil, la dura funda del aparato ahora presionando contra su hombro mientras estaba tumbada. 

Mimi exhaló despacio y se levantó un poco para sentarse, apoyando su espalda contra el cabecero de la cama durante un minuto levantando el ordenador hasta su regazo, esperando ver a Ana aún dormida en la cama. Sin embargo, se encontró a sí misma mirando a una cama hecha, su novia notablemente ausente. Ana no estaba por ningún lado a la vista, pero su portátil estaba aún donde estaba la noche anterior, en su mesilla y una gran nota estaba pegada en la pared opuesta, las palabras escritas engrande, en negrita."Buenos días príncipe, ¡Que tengas un buen día! No vayas besando a ninguna otra princesa porque volveré después y no puedo esperar para verte....¡Te quiero!P.D. ¡Dale a tu noble corcel un abrazo por mí!" 

Mimi frunció el ceño con la última frase, insegura de lo que Ana quería decir hasta que sintió a Puturrú caminar con dificultad en su regazo, buscando su atención. Sonrió con la extravagancia de su novia y apagó el ordenador, poniéndolo a un lado fuera de su alcance antes de coger al perro sobre su pecho besándolo suavemente en un lado. 

-Mamá te dice buenos días. -le dijo al cachorro, abrazándolo más cerca contra su hombro durante uinstante antes de ponerlo de nuevo sobre la cama levantándose para prepararse para ir a lescuela, arrastrándose dolorosamente despacio desde el momento en el que puso un pie en el instituto, cada segundo pareciendo una hora.Por primera vez en cuatro semanas Mimi encontró el día de escuela pasando lentamente, su anticipación para que terminara, para que comenzara el fin de semana, haciéndoselo decididamente irritable. Todo lo que quería era escuchar el timbre del final para irse a casa y ver a Ana, de quien, no había escuchado nada aún hoy excepto el mensaje que había pegado en la pared de su habitación cuando se había levantado encontrando que ya se había ido. Sabía que Ana tenía una última sesión de terapia esa mañana y que probablemente estaría ocupada recogiendo sus cosas para volver a casa, pero, estaría mintiendo si dijera que no se sentía un poco ofendida con la falta de contacto. Estaba sentada en su hora libre esperando a que llegaran Aitana y Amaia, sintiendo como si hubiese estado encerrada en la escuela durante días en vez de la hora que había estado allí en realidad, su estado de ánimo bajo y su motivación perdida seriamente el resto del día. 

-Sonríe Mimi. -la saludó Amaia riéndose mientras observaba la triste expresión de la cara de su amiga,de la manera en la que Mimi estaba apoyando su cabeza encima de una mano melancólicamente .Amaia se deslizó en la silla de al lado, Aitana entrando en la clase un rato más tarde y sentándose en la mesa que estaba en frente de ellas. 

-Este día está pasando tan despacio. -se quejó Mimi, suspirando fuertemente en respuesta al comentario de Amaia. -No creo que pueda sonreír hasta que no haya terminado.

Guerras y TribulacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora