Capítulo 59. "Bilis"

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-¡Jolínes Ana! -exclamó, el test de embarazo momentáneamente olvidado tirado en la cama a su lado mientras se levantaba rápido corriendo hacia su amiga quien estaba lentamente vaciándose agachada en el suelo completamente. Ana extendió una mano para equilibrarse y golpeó su espalda contra la pared al lado de la papelera, bajando su cabeza en un intento de acabar con su mareo que tenía encima.-Mierda. -se agachaba al lado de su mejor amiga poniendo una mano sobre su hombro. Ana se limpió la boca con la parte de atrás de su mano, la otra aun apoyada en la papelera que tenía al lado. -¿Estás bien? -le preguntó con preocupación en su voz. -¿Debería llamar a alguien?

-No. -contestó firmemente, levantando la mano que había usado para limpiarse la cara para ponerla en el brazo de Aitana tranquilizadoramente. -Estoy bien.

-Sí, eso parece. -Respondió, su tono serio pero sarcástico. Acarició la espalda de Ana suavemente. -De verdad creo que debería llamar a tu madre.

-No tienes que hacer eso. -dijo, pero el color seguía ausente en su cara y estaba cubierta de sudor, su piel brillando ligeramente bajo la fina capa de su frente. -No es nada. Mi cerebro y mi estómago solo están teniendo un mal entendido. Se pasará en un momento.

-Te ves como una mierda. -admitió sin rodeos. 

-Ya me siento mejor. -mintió, apoyando su cabeza contra la pared de al lado cerrando sus ojos durante un momento.

-Eres una mentirosa. -colocaba la parte de atrás de su mano en la frente de la morena en un medio intento de comprobar su temperatura.

-Tienes razón. -admitió mientras sus ojos luchaban por enfocarse en la cara de su amiga abalanzándose hacia adelante rápidamente inclinándose sobre la papelera, vomitando en ella de nuevo, su pecho dolorido del esfuerzo de estar enferma mientras otra ola de nauseas la golpeaba. Aitana le quitó el pelo fuera del camino y lo sostuvo contra su espalda, la otra mano ayudando a equilibrar la papelera mientras la chica menor vomitaba. -Joder. -se quejó Ana cuando la bilis caliente que había estado atrás en su garganta hace tan solo unos momentos fue reemplazada con nada más que un espasmo muscular agonizante en su esófago mientras se secaba mucho. 

Escupió en el recipiente varias veces mientras intentó quitarse de la boca el sabor desagradable que ahora la ocupaba y se volvió a dejar caer contra la pared, poniéndose sobre su costado derecho, cerrando los ojos.

-Voy a llamar a tu madre. -informó Aitana con firmeza, sus propios problemas ahora con poco peso ante la alarma que sintió por la salud de Ana.

-No, por favor. -rogó sin aliento, abriendo sus ojos de nuevo y extendiendo su mano poniéndola en el hombro de Aitana. -Está bien. Sólo fue el shock, eso es todo... -admitió silenciosamente, cerrando los ojos de nuevo. -No pensé que sería tan pronto.

-¿Te refieres al juicio? -preguntó finalmente entendiendo, sus ojos aún hinchados y rojos de sus propias ansiedades previas. Ana asintió con la cabeza lentamente en afirmativo y Aitana sonrió tristemente ante la respuesta, acariciando la frente de la chica más pequeña amablemente con su mano quitando unos cuantos mechones de pelo oscuro que había estado pegados a su frente por el sudor, poniéndolos fuera de su cara. -Ana, irá bien, ya lo sabes. -la tranquilizó y la morena abrió los ojos para encontrarse con los de su amiga. -Va a ir a la cárcel. Está más que garantizado...

-No es eso. -intercedió. -El abogado de mis padre cree que le condenarán a un máximo de cinco años si no se extiende la sentencia por obstrucción a la justicia porque alteró las pruebas físicas. -cerró sus ojos de nuevo brevemente y tragó saliva otra vez, sintiéndose repentinamente de nuevo mareada.-Yo solo... -empezó de nuevo, ladeando la cabeza de un intento de aclararla. -Cuando escuché el mensaje me hizo pensar en el accidente de nuevo, eso es todo. -divulgó. -Me hizo recordarlo y supongo que solo estoy un poco abrumada por ello. 

Guerras y TribulacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora