-Joder, madre mía. -decía Aitana incrédula al día siguiente. -¿Es una broma?
-Ojalá fuera una broma. -respondía Mimi con seriedad, mientras echaba un vistazo a Ana que estaba sentada en la parte delantera del salón con Mamen, la profesora.
Estaban hablando de un libro que la profesora le había sugerido, aunque había sido difícil para Ana, perseveró y se prometió a ella misma hacer el esfuerzo para leer al menos un capítulo cada noche. Desde esa mañana, se había subido desesperada al coche de Mimi para poder hablar con la profesora al respecto, al parecer, había llegado a una parte muy conmovedora del libro.
Mimi sonrió al ver la expresión de alegría pura de su novia. Ana narró su punto preferido en voz alta ya que Mimi se lo había pedido, repitiendo las palabras una y otra vez, al parecer la morena tenía una conexión especial con el texto.
-¿Ricky entró en la habitación cuando... ya sabes... estabais haciendo cosas? -preguntó Aitana atónita, imaginando toda la situación.
-No fue nada de eso. -respondió rápidamente, mirando a Miriam que tenía una sonrisa plasmada en el rostro. -Solo fue...como...bueno, ehhh ¿hay película calificación A verdad? Y luego está para 7 y 12 años. -Aitana asentía con la cabeza. -Lo nuestro ha sido como...para 16.
-¿Para 16? -preguntó Miriam en un intento de obtener más detalles.
-Sí, ya sabes, desnudez parcial con algún material sugerente...
-¿Hubo alguna situación sexual intensa? -preguntó Miriam con picardía levantando una ceja sugestivamente.
Mimi se sonrojó al recordar la humedad que había sentido entre sus piernas ante el tacto de los labios de Ana contra su pecho y la sensación de la mano de su novia que se había apoderado de sus vaqueros. Tragó saliva, dejando caer su mirado hacia la mesa antes de responder: -Sin duda tenia... potencial.
-Vale. -dijo Aitana haciendo una mueca para dar a entender que no quería saber más detalles. -¿Y qué pasó después de que Ricky entró?
-No nos dijo que dejaramos de hacerlo directamente.
-Tu hermano es un pervertido.
-No sé. -dijo Miriam bromeando, guiñándole a Mimi. -A mi tampoco me habría importado entrar a tu habitación durante eso.
-¡Madre mía! -exclamó Aitana.
-¡Miriam!
-Solo estoy bromeando. Además, no me sorprende que estéis finalmente...¿experimentanto? -agregó sin saber la palabra correcta para describir la situación. -Y pensaba que ya habíais...bueno...eso. -dijo dejando la insinuación tácita. -Te lo dije cuando llegué a tu casa y encontré a Ana con tu ropa. ¿Recuerdas?
-¿Qué? -interrogó Aitana. -¿Cuándo fue eso?
-Fue aproximadamente hace un mes. -informó Miriam mirándo a Aitana. -¿Te acuerdas cuando tuvieron esa pelea por culpa de Patricia? Ahí fue. Mimi me llamó toda agitada porque Ana se había marchado y la había dejado parada en el estacionamiento de la estación de policía pareciendo una idiota...
-Hala. -protestó la rubia de nuevo, pero Miriam continuó sin darle importancia.
-Fui a su casa. Y encontré a Ana vestida de la cabeza a los pies con su ropa.
-Aunque no fue así en lo absoluto. -respondió Mimi, dándola a Miriam una mirada aguda. -En el mejor de los casos, fue calificación de edad 12. ¿Recuerdas la conversación incómoda que siguió a causa de eso?
-Por supuesto. -se rió recordando la conversación. -Erais tan monas e inocentes.
-Me alegro de que lo hayas encontrado entretenido. -murmuró Mimi divertida. -Una pequeña advertencia no estaría mal en el futuro si planeas avergonzarme por completo.
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Guerras y Tribulaciones
أدب الهواةAdaptación de Trials and Tribulations. Todos los créditos van a su escritora.