Capítulo 2: "Caminos paralelos"

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»Estaba todo el alrededor lleno de oscuridad, caminaba buscando la luz y nada cambiaba, y como arte de magia, un televisor se prende, y me acerco a ver a que se debe, al sentarme en el suelo, la imagen de este cambia a una figura conocida, veo como mi hermana camina por el bosque junto a una especie de lechuza y al adentrarse en aquel bosque ella desaparece... Luego el escenario cambia y una figura humana acecha esta casa, un hombre de capa negra, con aspecto sombrío no me permite salir... Solo siento como su presencia me quita el aliento, como si estuviese quitándome la vida lentamente«

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Aquella asustada muchacha se despierta por esa pesadilla, mira al techo extrañada y frustrada, ¿Hace cuanto tiempo no tenía esas pesadillas?-"¡Demonios! ¡No quiero ir de nuevo a terapia"-. Pensaba la muchacha, acostándose nuevamente en su cama, sin embargo, no podía volver a dormir, sentía el piar algo molesto de los pájaros que cantaban al señalar que ya era otro día.

Ella tenía pereza de levantarse, seguramente tenía todo el tiempo del mundo para hacer lo que ella quisiera, sin embargo, no quería salir de la cama por el hecho del miedo que carcomía su cuerpo entero la pesadilla que había tenido, empero, a pesar del temor que sentía, tomó aire para armarse de valor, pensando en que debía ser valiente, ya no era una niña, no era una niña pequeña para ir donde sus padres ni donde su hermana a buscar ayuda, y con este pensamiento, toma el celular de su escritorio y se sienta rápidamente en su cama al ver la hora.

Eran las 9 am -"¡¿Tan tarde era?!"-. Pensó pasando su mano por la cabeza, vio la ventana y se percató que estaba amaneciendo y su hermana aún no la había despertado, suspiró pesadamente, estaba molesta -"Le dije que me despertara...¿¡Cómo esa cabeza hueca se le olvidaba despertarme!?"-. Gritó en su mente aquella muchacha, frunciendo el ceño ignorando lo que realmente le molestaba, se dirigió a la alcoba de quien era dueña de su molestia,

-No puede ser que se haya olvidado de despertarme, ¡a estas horas las tiendas estarán repletas!

Replicó la muchacha, sintiendo su sangre arder por la rabia, se dirigía a la pieza de su hermana, esperanzada de poder asustarla como venganza, pero al abrir aquella puerta, ahogo un grito de sorpresa, en la cama donde se suponía que su hermana estuviese dormida, se encontraba vacía y una brisa movía los cabellos de la muchacha por la ventana que estaba abierta.

-¡Debes estar bromeando! ¡Blake! ¡Sé que estás por aquí! ¡Muéstrate! ¡No es gracioso!

Aquella niña corre hacia la ventana tras gritar aquello y no recibir ninguna respuesta, empuña sus manos resignada y suspira al ver que no hay moros en la costa, se da vuelta con una mueca en su boca, inflando sus mejillas, mira a su alrededor y baja la mirada, en ese momento, recuerda aquel mal sueño que la cazaba cuando era una niña, aquel que volvió a aparecer aquella mañana y con un nudo en la garganta, empieza a buscar en la habitación indicios de donde podría estar Blake.

-¿No me digas que al final te fuiste...?

Murmura con ese sentimiento desalentador, y de ese modo, ella abre el armario, encontrando ahí los regalos aun no envueltos de las festividades, suspira poniendo sus ojos en blanco -"¿En serio Blake, en el armario? Ni una niña de 5 años los escondería ahí"- cerró aquel mueble con pesar, se alejó un poco y miró con curiosidad bajo la cama, pero no había nadie ni nada, solo su olvidado celular en el suelo.

Crónicas Guardianas: "La mujer bajo el cerezo" [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora