»Ael era una pequeña adorable, tenía unos hermoso ojos azules al igual que su cabellera azulada, ella siempre se jactaba que éramos mellizos por eso y yo me reía por ello, siendo que teníamos 15 años de diferencia. Yo la amaba tanto, quería ser el hombre digno que ella siempre decía que yo iba a ser y siempre se alegraba diciendo que yo debía traer a una princesa para darle un sobrino con quien poder jugar.«
»Elanor mi madre era una mujer aristocrática, correcta como ninguna, quien pasaba la mayoría del día cuidando a su pequeña, explicando cómo una princesa debería comportarse, pero todas las noches, Ael se escabullía dentro de mi habitación y dormía tomada de mi mano, y así esa dinámica se repetía cada día y cada noche, donde yo la llevaba cada mañana durmiendo a su alcoba y ella exclamaba que como magia despertaba en su alcoba, y se disponía seguirme a cualquier lado que yo iba, y yo tenía cuidado de no hacer nada para que ella cayese en algún barranco cuando sentía su presencia en mi espalda, iba por el sendero más seguro hacia aquel árbol que era mi refugio.«
»Pero una vez, mi padre señaló que debía comprometerme con Meowyn Hanne, una de las hijas del rey Angrod, y por mi ofuscación, me negué corriendo hacia el exterior del castillo, no quería enamorarme de esa manera, no quería casarme sin amor, y no me fijé del sendero que estaba tomando, y seguí mi camino sin importarme nada, hasta llegar a aquel árbol que siempre jugaba con mi hermana, y en aquel frío invierno, donde la pequeña Ael debió estar acostada en su cama esperando mi llegada para que le leyese un cuento, empero no me disponía llegar al castillo a esas horas, no ahora, no hoy.«
»Finalmente cuando el sol se puso, decidí volver hacia el castillo, sentía que algo andaba mal, muy mal, y cuando ya me estaba acercando, vi a mi padre mirandome con terror, y acercándome me preguntó-¿Has visto a Ael?-, negué frente a esa pregunta, y mi padre bufó molesto, mirándome con cierta molestia-Te vio partir al bosque, te siguió... ¿Cómo no pudiste verla?«
»Sentí mi corazón doler, como todo se me iba de las manos, y abriendo los ojos recordando el camino que había tomado, me enfurecí conmigo mismo por haber escogido aquel peligroso camino en aquella época del año, y corrí y corrí, divisando en una parte del camino estaba con unas extrañas marcas, como si alguien se había resbalado por ahí y caído hacia el frío lago, y al darme cuenta de eso, y por un impulso corrí hacia aquella dirección gritando el nombre de mi hermana, de mi pequeña hermana que adoraba demasiado, y finalmente cuando llegue ahí, en aquel lago congelado, había una parte rota donde seguramente mi hermana se había hundido y con el corazón en mano, me acerqué, mi corazón dolía cuando ví en el interior de aquel lago, estaba el cuerpo azulado de Ael flotando, y aquellos grandes ojos azulados que siempre me miraban con un brillo lleno de amor y admiración, ahora me miraban con una expresión vacía y sin vida, y en ese momento, mi vida se había detenido por completo, por un segundo, si yo hubiese tomado la vía segura como siempre lo hacía, esto no hubiese ocurrido«
»En ese momento, sintiendo un fuerte dolor en mi garganta, me imaginé el miedo que ella pudo sentir al intentar de recuperar el aliento, el dolor de morir ahí sola sin que nadie la socorriera y cuantas veces ella gritó mi nombre y sentí que me derrumbaba al pensar como ella se había rendido al ver que su preciado hermano no iría por ella, y con ese sentimiento, acercándome con cuidado, la tomé entre mis brazos en ese frío invierno, tendiéndola en el suelo tratando que ella volviese a la vida en vano, y al ver que ya nada más podía hacer, sentí un nudo desgarrador en la garganta mientras acariciaba su rostro con el mío-Perdóname... Ael... Perdóname...«
»Tras ese incidente, sintiendo las lágrimas caer, sintiéndome débil, la tomé entre mis brazos, la lleve con lágrimas en mis ojos hacia donde mis padres, donde vi al gran Arantur tambalearse al ver a su pequeña sin vida y a mi madre gritar en un sollozo desgarrador corriendo para quitarme a su pequeña de mis brazos-Eres un asesino, ¿cómo no te diste cuenta que ella te seguía?«
ESTÁS LEYENDO
Crónicas Guardianas: "La mujer bajo el cerezo" [Eldarya]
Fiksi PenggemarPrimer libro de Crónicas Guardianas. Sinposis: "No pido que me perdones, ni que me comprendas, pero no puedo quedarme por más tiempo en este lugar... Te ruego que me olvides, pero protege nuestro tesoro y dale el amor que yo nunca pude entregar" M. ...