Capítulo 8: "Un nuevo hogar"

206 35 24
                                    

»Sus cabellos dorados bailaban a medida que el viento soplaba en la pradera, él sentía que la perdería en cualquier minuto y no le importó ser demasiado joven, se dirigió hacia donde su amada se encontraba, se arrodilló y cuando ella se voltea mirándolo con sorpresa, él le pide matrimonio, y bajo su sorpresa, ella acepta.«

»Podía ver como ambos bailaban al son del vals de su boda, con una sonrisa en sus labios, le sonríe y ve como el escenario cambia hacia uno más sombrío...«

»-. Millie-. Aquel caladrius toma el rostro de su mujer que se encuentra acostada en su cama entre sus manos, y ella frunce el ceño por el profundo dolor que siente en su interior-. No nos dejes solos...

»-. Cuídala, no dejes que te la quiten, encuentra a alguien que te ame como yo lo he hecho-. Ella le decía desvaneciéndose, y con su último aliento, añade-. Protégela nuestro mundo, de nuestras normas, Ulrich...«
.
.
.

Aquel hombre de platinada cabellera fruncía el ceño al recobrar poco a poco la conciencia-"¿Dónde estaba? ¿Carys? ¿Dónde está mi hija?"-. Y con un esfuerzo sobre humano abre sus ojos en aquel extraño lugar, mira hacia ambos lados, confundido y atolondrado, pero solo hay una cosa en su mente
-Carys... ¿Dónde está ella?

Una hermosa elfa lo toma del hombro intentando calmarle, su platinada cabellera cae por sobre sus hombros y mira fijamente a ese hombre, buscando que se calme
-Ella se encuentra bien, ahora necesita recuperarse, si tan solo me dejara hacer mi trabajo...

Sin embargo, aquel hombre no se calmaba, por lo que aquella mujer miró a sus camaradas para que le ayudasen, y Ulrich miraba seriamente a aquella enfermera que lo miraba como si lo estuviese juzgando-."¿Cómo puede ser un padre responsable si es un vagabundo? ¿Ahora se preocupa de su bienestar?"-. Pensaba aquella elfa mientras buscaba algo con que tratar a aquel hombre, pero ¿Cómo tratar a una raza que estaba al borde de la extinción?

Esos eran los pensamientos que invadieron a Eweleïn, sin darse cuenta que en aquella sala, ya no estaba tan sola, abrió los ojos al ver a la líder a su lado, añadió

-¿Miiko? ¿Qué haces aquí?

-.Leiftan me comentó que trajeron a un nuevo ser a la enfermería y vine a ver como estaba...-. Respondió la aludida, sorprendida por ver a Mathyz y a Vera conteniendo a aquel ser en la camilla, y Eweleïn alzando los hombros diciendo que era necesario

-. Si me recupero, ¿me dejarán verla, verdad?-. Responde aquel Caladrius cansado de la espera, Eweleïn asintió y aquel ser se dirige hacia los enfermeros que está a su lado

-¿Cuáles son sus nombres?

-. Mathyz y esa babosa, es Vera-. Señala el enfermero con un humor implacable, y se protegió del arrebato de aquella sílfide

-. Bien, Vera, concéntrate y tráeme aquella hierba de aquel cajón...-. Aquella sílfide agacha la cabeza y va hacia el sector encomendado-. Mathyz, trae un objeto para moler, y enfermera en jefe, ¿puede traer agua hirviendo y una taza, por favor?

Eweleïn suspira exasperada, sin embargo, sin saber porque va hacia su oficina a buscar lo que él le pide, en cuanto a Mathyz asiente confundido frente a esa petición entrega lo solicitado a aquel ser quien lo recibe a gusto junto a las hierbas que entregó Vera, y señala
-Bien, tráiganme una mesa...

Miiko le facilitó aquella petición, todos miraban atónitos al ver como él trabajaba, Ulrich dejó aquellos ingredientes, tomando una vara del velador, se lo coloca en el pelo como si fuese un moño, Vera se sonroja al verle rostro, mostrando un claro sonrojo en sus mejillas al ver lo guapo que era, y Ulrich sin percatarse de aquello, toma aquella piedra y empieza a moler aquella hierba sin reparo.

Crónicas Guardianas: "La mujer bajo el cerezo" [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora