Crónicas Guardianas: "La mujer bajo el cerezo" [Eldarya]

Capítulo 40: "Las consecuencias de tus actos..."

La conversación con Miiko había salido exitosa, y se emocionó al saber sobre la existencia de esos seres, pero sobre todo, aquella kitsune no dejaba de mirar extrañada hacia Nevra, y eso, a aquella dragona le causaba gracia, y ella mirando a su lado estaba aquel dhampir, que la miraba confundido, y suspirando él añade

-No es que me queje de una bonita compañía, pero ¿Me arrastrarás a todos lados contigo?-, la aludida abrió los ojos frente aquel comentario, ¿le había dicho bonita?, se preguntó, y suspirando, ella baja la mirada, rascándose la cabeza y frunciendo el ceño

-Si tanto te molesta, puedes irte...-, Nevra vio como ella se marchaba rápidamente, él sintió como su espalda le recorría un escalofríos, y él pasando sus manos por los cabellos, preguntó

-¿Para dónde vas?

-¡A la cantina!-, bufó ella apresurando el paso, y aquel dhampir se acercó a ella sin entender del todo lo que sucedía, ¿Por qué ahora ella actuaba tan diferente con él?

Finalmente vio como ella desaparecía hacia el primer piso, y él resignado, se detiene en su sitio, ¿Por qué la seguía como un cachorro a su madre? Y suspirando sigue caminando. Aquel dhampir cuestionaba lo que sucedía hace poco.

Las mujeres ya no se le acercaban como antes, si bien algunas aún se les insinuaban, no lo seguían como antes y no era que lo extrañaba, suplía su necesidad con las reservas que Eweleïn tenía en la enfermería

-Buenos días, bombón... ¿Te han dicho que te ves mejor sin el parche? Aunque a mi no me molestaba...-, una ninfa se acercó a él, sonriéndole coquetamente, y él sintiéndose incómodo, se aleja de ella, ¿Qué le pasaba? Y mirando al rededor, se da cuenta que está en la cantina, y siente como una mirada está sobre él, y alzando la mirada, ve aquella cobriza mirada sobre la de él, y sobre todo, aquella dorada mirada que le miraba con fiereza, y él tragando saliva, frente a la asesina mirada de Jun, responde

-No soy tu bombón, ahora si me disculpas...-, a pesar de haberse alejado de quien estaba a su lado, sigue sintiendo la mirada de aquel byakko sobre él, sin embargo, vio aquella dragona hablando con un hombre apuesto de la guardia obsidiana, y él sintiendo en su interior un dolor que no creía que sentiría nunca suspiró, ella realmente le gustaba, no, no solo le gustaba... sentía algo profundo por ella y recién ahora se daba cuenta, la quería... pero... ¿Cómo ella le tomaría en cuenta?

Sin embargo, no se había dado cuenta, sus pies se movían por si mismos, y la mirada asesina de aquel byakko se suavizó por la sorpresa, aquel dhampir miraba a aquel obsidiano con una profunda rabia, y él estremeciéndose, se aleja de aquella atractiva mujer, y ella ladeando la cabeza confundida, exclama-¿Qué? ¿Por qué se fue? ¿No quería mostrarme algo bonito y brilloso?-, Nevra suspiró por ello, y tomándole de la muñeca, obligándole a mirarle a los ojos.

-¿Realmente eres inocente o te haces?-, ella pestañeó varias veces mirando a aquel frente a ella, sonrojándose, sin entender su comportamiento-Él quería impresionarte...

-¿Y qué tiene de malo? Es apuesto, bello... adorable y me ve como una mujer-, Nevra colocó su mano en el mentón de ella forzándole a verle a la cara, Jun detrás de él se paralizó, y tras ello, Zayda frunció el ceño, pero el jefe de sombra no se detuvo al ver aquello

-Solo puedo hacerlo yo...-, ella desvió la mirada, y sacando la mano de él, cruzándose de brazos, exclama

-¿Entonces porqué chicas pueden estar cerca de ti, coquetearte y chicos no pueden hacer lo mismo conmigo?-, aquel dhampir suspiró, y colocando su cabeza sobre el hombro de ella, exclama

-Si te molesta, puedes ir a espantarlas... me harías un favor... porque la única que quiero tras de mi... es a ti-, él sintió como el corazón de ella latió más fuerte tras aquella confesión, él cerró los ojos queriendo que su propio corazón se calmara, estaba perdiendo el control, y antes de poder darse cuenta de lo que pasaba, siente como toman su mano con fuerza arrastrándolo fuera de la cantina y él abriendo sus ojos, ve como aquella pelirroja lo arrastraba lejos de ahí-¿Zayda? ¿Qué haces? ¿¡Dónde me llevas!?