Capítulo 21: "Pronto te volveré a ver...".

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Aquel elfo miraba asombrado lo que había sucedido, sentía como su nuca daba escalofríos y daba pasos agigantados en el lugar-"¿Estaba bien en confiar en extraños?"-, rumiaba cada vez que podía con aquel pensamiento, y viendo a aquel gato negro acostado en el suelo, exclama
-Si algo le pasa a esa mujer, ahora tendré que hacerme cargo de ti... lo que me faltaba, primero de esa inútil y luego de un gato...

Y tras decir aquello, estornudó, y mirando sus manos extrañado, murmuró algo en un idioma extraño-"¿Qué le pasa?"-, pensó extrañado y se sobresaltó al sentir a ese gato responder

-¿Alergia a los gatos?-, y Ezarel bufando molesto regresando a su posición ignorando a aquel molesto ser, y Jun viendo esto, niega con su cabeza por aquel ser-"¿Por qué Zayda había decidido ayudarle?"-, pensó, y al ver sus puntiagudas orejas, lo entendió, seguramente le había recordado a Bradley.

-Si fuese alérgico a los gatos... también sería alérgico a los purrekos-, respondió sin siquiera dudarlo, Jun riendo por eso, añade

-Eso es porque los purrekos no son realmente gatos, aunque realmente... yo tempoco lo soy-, murmura algo molesto mirando hacia la entrada de aquella cueva, si pudiese entrar a ver que pasaba en el interior, lo haría...

Mientras tanto en el interior de aquella cueva, Zayda se encontraba maravillada por todas las gemas al interior de estas-"¿Cuál de todas es la que necesita aquel elfo?"-, llevando su dedo a su mentón, examina el lugar para luego detenerse en una gema que brillaba más que las otras-Debe ser esa-, exclamó confiada y con ese mismo sentimiento, se acercó.

Pero al hacerlo, el piso tembló y ella mirando a ambos lados intentó usar magia, pero nada salió de ella y frunciendo la boca, no tuvo más alternativa que soltar su verdadero poder, y su piel volviéndose de un color bronce, salieron de su espalda, unas grandes alas escamosas para evitar caer por el vacío y aquel estruendo cesó.

«Descendiente de dragón, cuya alma está mermada por el dolor, nos volvemos a ver, bienvenido seas, solo puedes llevar un solo tesoro, pero pídelo bien... te daré solo el que realmente necesites...»

Tras escuchar esa voz lúgubre de aquella cueva suspiró a su pesar, hace tanto tiempo que no escuchaba de esos seres, que su piel se llenó de añoranza, si la hubiese escuchado antes, quizás ahora todo sería distinto, pero eso significaba una cosa-"No hubiese conocido a mi retoño"-, y suspirando por eso ella señala a aquel conocido ser

-Viví una buena vida, Kiya-, y al decir aquello, del cielo bajó una esfinge que miraba a Zayda como si la conociese de toda la vida

-Me alegra saber aquello, querida Irene-, la aludida desvió la vista, sintiendo un nudo en su garganta al ser llamada de esa forma, que fue conocida como la gran destructora de los siete mares.

-Ese ya no es mi nombre... -, respondió Zayda con molestia, tratando de ignorar aquel pasado que le avergonzaba.

-Algo que te pertenece, pero que los demás usan más que tu... Si ese ya no ves como tuyo, entonces, ¿De quién es?

-De mi pasado...-, respondió ella recordando aquella vez que su nombre era temido por todos, aquella vez que dejó a Bradley en un internado al ver que no la recordaba y decidió vagar por la tierra buscando su destino-Ahora mi nombre es Zayda...Zayda Cooper

-Entiendo, has tenido que sacrificarlo por amor...-, aquella esfinge movió su cola de un lado a otro, batiendo sus alas haciendo que las joyas resplandecieran junto a ella-Entonces, ¿Cuál escogerás? Escoge bien y una noticia te daré...

Crónicas Guardianas: "La mujer bajo el cerezo" [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora