Estaban en los jardínes de Eel, caminando sin rumbo fijo, se encontraban aquellos dos hermanos el uno al lado de otro, Mizuki veía aquella grisácea cabellera brillar bajo la luz del sol, y ella sonreía por ello, en cien años, la cabellera de él se tornaría blanca y si ella lograba superar a su padre, su cabellera se convertiría en dorada, pero volviendo sus pensamientos a la realidad, a lo que a él realmente lo aquejaba, suspira
-¿Quién fue la afortunada?-, sintió a aquel suspirar, su corazón palpitaba más fuerte de lo que deseaba, en las noches soñaba con aquella muchacha, con esos labios tan rojos como su mirada, siendo contrastados por ese largo y lacio cabello oscuro
-Su nombre es Emily...-, con tan solo decir su nombre, él tenía unas ganas de ir a verle, de correr a su encuentro, pero no sabía donde estaba-Pero siento que fui muy duro con ella...
-¿A qué te refieres?-, Mizuki vio a su hermano ruborizar, se sorprendió frente a aquello, aquel que siempre se mostraba tan seguro de si mismo, ahora estaba comportándose de esa manera
-Cuando desperté de aquella maldición, la saqué del lugar donde sus padres la mantenían en cautiverio... decidí traerla conmigo, sin embargo, en el camino vi como ella no distinguía comportamientos buenos de los malos y temí que hiciera más daño que otra cosa, por lo que le comenté que ella debería volver cuando lograse controlarse, y comportarse como corresponde-, la mirada de Yonuki se ensombreció, se sentía arrepentido por haberla dejado sola-En vez de enseñarle, la envié sola... ¿Crees que obré bien?
-Yo veo mucho arrepentimiento en ti respecto a esa decisión, querido hermano, pero ¿Qué sientes por ella al estar lejos de ella? Quizás no solo la alejaste de ti para que ella pudiese crecer, sino para ver que realmente tu sentías por ella y ella por ti-, el aludido miró a su hermana, y suspiró, y cerrando sus ojos, entendió que ella estaba en lo cierto
-Aún si ella es muy joven, aun si ella tiene esos defectos, la amo con toda mi alma, no hay noche que no duerma extrañando su aroma y no hay mañana que no despierte pensando en su sonrisa-, responde él alzando su mano hacia las nubes, materializando el rostro de aquella mujer en el aire-Estar lejos de ella, solo hizo crecer mis sentimientos por ella, sin embargo, tengo miedo...
-¿A qué ella no sienta lo mismo?-, Él asintió suspirando frente a ello, sintió inseguridad en ello, y ¿si había conocido a alguien más en el trayecto?-Lo sabrás si la vuelves a ver, y ten confianza, no creo que seas fácil de olvidar...
Responde ella guiñándole para luego sonreírle, y él rascándose la cabeza, le responde-Tienes razón, soy Yonuki Kaze, no hay nadie como yo-, y sintiéndose avergonzado, revolotea los cabellos de su hermana alejándose de ese lugar, ya se había expuesto demasiado, no quería que su hermana se burlara de él más de lo que haría en un futuro
-¡Hey! ¡No me dejes hablando sola!-, exclama ella caminando donde Yonuki se encontraba, tomando el brazo de aquel kitsune, y ella suspirando acercándose hacia el árbol centenario, viendo como Valkyon se alejaba junto a Kathir y una pareja hacia el interior del cuartel, añade-Mi situación con Leiftan inició después que despertara, pero... cuando estaba durmiendo mis sentimientos empezaron a aclararse, me di cuenta que lo amaba, que perdí mucho tiempo reprimiendo mis sentimientos, no hagas tu lo mismo, querido hermano...-, respondió ella suspirando y mirando hacia el interior del cuartel, siente como la responsabilidad le llama-Creo que debo ya partir hacia el interior del cuartel, nos vemos luego... Espero que la veas pronto...
Yonuki se sentó en una rama de aquel cerezo oriental, ese gran árbol que le traía tanta paz, aquel hijo de ese árbol sagrado que está a kilómetros de aquí, y cerró los ojos y de esa forma, calmando su corazón, ¿Dónde estaría? ¿En qué lugar?
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Crónicas Guardianas: "La mujer bajo el cerezo" [Eldarya]
FanfictionPrimer libro de Crónicas Guardianas. Sinposis: "No pido que me perdones, ni que me comprendas, pero no puedo quedarme por más tiempo en este lugar... Te ruego que me olvides, pero protege nuestro tesoro y dale el amor que yo nunca pude entregar" M. ...