Temo- Volar del nido.

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Aristóteles y yo después de 3 años de relación habíamos hablado de lo mucho que queríamos independizarnos, Juntos.

Y no era que no estuviéramos cómodos  viviendo cada quien con nuestros padres, si no que queríamos estar juntos, tener más privacidad, saber que iba a despertar todos los días con él y nuestro pretexto Perfecto era la universidad.

Ari y yo habíamos aprendido a estar el 70 por ciento de nuestro tiempo juntos. Nunca fuimos muy sociables, y eso ni con el tiempo cambio.

Habíamos decido decirle a la familia nuestra decision en las ya tradicional cena de los domingos, en la familia de mi ahora tía Blanca, ella le encantaba que la llamara así.
Las únicas personas que sabían de nuestra decision es mi mamá-suegra Polita, tía blanca, y ahora mi fiel amiga Yolo.
A Ari no le gustaba tanto nuestra amistad, incluso no le caía tan bien, había resultado ser su sobrina, y neto su medio hermano, y ni eso lo había hecho cambiar, aún así ella quiso enmendar sus problemas conmigo después de el tiempo de noviazgo con Guido, ella me había pedido una disculpa por todo el daño que me había causado.
Tanto como Guido y Yolo, habían aprendido la lección, eso si, en quien casi no confiaba era en Guido, había muchas cosas en las que me parecía un tipo sospechoso.

Y justo  ahora nos encontrábamos toda la familia  reunida, era cierto no cabíamos, la familia había crecido demasiado.
Yo me encontraba jugando un poco con Arqui, y Alek, la hermana pequeña de Ari y Arqui, mamá-suegra se había casado con Eduardo, y aún así seguía siendo parte de la familia, y aunque la nueva bebé fuera hija de él, ella quiso seguir su tradición de ponerle a sus hijos nombres con iniciales "A".

Mi papancho estaba feliz de ver a su "cuatracha" feliz, y renovada.

-Bueno gente al parecer hoy tenemos dos noticias, una por parte de Ari y Temo, y otra por parte de Yolo y Guido.-Mencionó Linda.

Inmediatamente voltie a ver a Yolo, ella no me había contado nada, y ella solo me hizo una sonrisa incómoda.

-Pues ándeles chamacos, empiecen a contar, que la neta yo ya tengo un resto de hambre. ¿O no mi atcel?

-Alex, pancho.

-Por eso, andeles.

Yolo y Guido se levantaron con pasos tímidos y lentos. Aunque Yolo fuera nieta de mi suegro, querían a Blanca y a Eugenio como segundos abuelos, así que para ellos era importante que la familia supiera la noticia.

En sus caras podíamos ver qué estaban nerviosos, se notaba. Ni siquiera podían vernos, tenían sus caras puestas en el suelo.

-¿Por que mejor no dejamos que Ari y Temo den su noticia mientras ustedes meditan lo que quieren decir-. Intervino Susana.

Ari y yo sonreímos y le sonreí dándole la aceptación para que él lo dijiera.

-Mi TAHI aquí presente y yo, le hemos dado vuelta a una idea que tenemos desde hace tiempo.-hizo silencio para crear tensión.- Temo y yo nos vamos a vivir juntos.

Casi toda la familia se alegró, el único en shock era mi papá.

-A ver Aristemos, yo desde el día uno les dije que los apoyaría en todo eso de su relación, Pero Ari, te quieres llevar a mi pollito, a la luz de mis ojos.

-Papá, no empieces, tus pollitos son las calcomanías, además, queremos tener nuestro propio espacio, estar cerca del otro.

-No manches Temistocles, pero si parecen chicles, todo el día andan pegados. Miren si quieren les hacemos un cuchitril ahí en casa de Susanita. ¿Verdad Susanita?.

-Pancho, yo que creo que Temo y Ari deben de tener su intimidad, ya están grandes y saben lo que quieren. Además, ya van a la universidad, y no podrán verse tanto y tener escuela. Ellos quieren estar juntos.

-Pues que se consiga un peluche del Temo, es más Ari, yo te lo regalo.

-Pancho, enserio quiero estar más cerca de Temo. Y enserio es lo que queremos.

-Está bien, pero con una condición, les voy a comprar una casa, ya van a la universidad chavos, no quiero que se me desgasten en tanto trabajo por rentar un departamento. Eso si, ustedes la mantienen.

Ari hizo una cara de incomodidad, al contarle cuál era mi situación económica, casi nunca
me dejaba que le ayudara en algo. El prefería comprarlo, y así quería que fuera nuestro nuevo hogar, pero sabía que si esa era la última palabra de mi papá así se haría.

-Claro, polita y yo podemos ayudar con algo de dinero para el nuevo hogar.-Agregó Eduardo.

-Estaría excelente, miren la casa de enfrente de donde vivimos está en venta, la han rebajado de precio, por qué la meta es venderla, y según lo que he platicado con Ari y Temo es muy cerca de la universidad, nada les cuesta intentar.-Comentó Julieta.

-Pues ya está dicho, eso seria. Así si Yolanda, cuéntanos lo tuyo.

-Pues hablando de mudarse, tengo algo importante que decirles, ¡estamos embarazados!

Y esa, no era una buena noticia para los demás.
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