Capitulo extra.

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¿Que si estaba nervioso? Realmente no sabía ni como respirar, me faltaba el aire.

Hoy había citado a Pancho en un restaurante para hablar con él. A lo lejos pude ver a mi suegro entrar a el lobby del restaurante, no era algo caro, realmente tenía que ahorrar un bebé es algo demasiado caro, las consultas de Temo con la ginecóloga, las vitaminas, el súper, no me pude permitir más que traer a mi suegro al lugar de tacos más chido de Oaxaca.

—Ese mi Ari, que bueno que me invitaste a cenar.

Pancho se sentó y pidieron lo que iban a comer, el silencio de Ari era más que incomodo.
Al llegar la comida comenzaron a comer y hablar de cosas de trabajo, de Temo, del bebé.

—Pancho tengo que hablar contigo de algo serio.

—¿No estás pensando dejar a mi hijo? Te quemo las patas Aristofanes.—Dijo Pancho enojado.

—No, como crees, es algo un poco seria.

—Entonces dime.

—Supongo que estás enterado de la enfermedad de mi abuelita.

—Ay si, está requete fuerte, pero ella se va a poner bien, vas a ver.

Los ojos de Ari se empezaron a sentir borrosos por las lágrimas.

—No, hace unos dias, mi abuelita hablo con nosotros por telefono, nos dijo que el doctor le menciono que no le quedaba mucho tiempo de vida.

—Por eso vienes tan seguido a Oaxaca.

—Si, ella habló conmigo y Temo.

—Sobre que.

—Quiere vernos casados, quiere verme feliz.

Pancho se sorprendió ante aquellas palabras.

—Hijl, tú ya eres feliz, tienes una familia increíble.

—Si, yo lo se, Temo y yo lo hablamos y que más da hacerlo hoy o en cinco años, será el mismo amor.

—¿Entonces para que quieres hablar conmigo?.

Ari suspiro.

—Quiero pedirte la mano de Temo.

Pancho se emocionó con aquellas palabras, Aristoteles siempre había hecho las cosas bien con su hijo, quizá Temo sufrió mucho a causa de eso, pero Ari no tenía la culpa de no saber su orientación.

—Clarines, cornetas que si, mi Ari, tú siempre has demostrado amar a mi Temo.

Ari emocionado abrazo a su suegro. Después de ese abrazo, Ari llamo a el taquero.

—¿Ya te dio más hambre?.

—No, Temo supo que vendría contigo a los tacos y me pidió una docena, y se pone bien dramas si no se los llevo.

—¿Quien manda en la casa, papá?. El Temo debió pedirle tú mano a la Polita.

—Puede hacerlo, nada lo detiene, aunque mi mamá ya pidió entregarme al final.

—Estoy bien orgulloso de ustedes, de la Romina, de todo.

—¿Ya también soy parte de tu familia con suerte?

—Ari, eres parte de ella desde que hiciste sonreír a mi hijo por primera vez.

¿Se esperaban esa actualización?.

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