ᴄᴜᴍᴘʟɪʀᴇ ᴍɪ ᴘʀᴏᴍᴇsᴀ [ғᴏʀᴅ x ____]

19. Realidad

Cerré mis puños con furia dando varios golpes al aire ganando nada más que su imagen se transportará a diferentes partes de la habitación. — Intenta lo que quieras, tengo todo el tiempo del mundo. Tu no —sonrió acercándose más a mi.

Su molesta voz comenzaba a irritar mientras seguía dando golpes en vano, me sentía impotente y furiosa tratando de que se fuera de mi vista.

《Si era un sueño mi cerebro lo estaba haciendo muy bien》 dije tratando de pensar que así era.

Un golpe a mi pecho me hizo regresar a mi cuerpo de golpe, me dolía todo el cuerpo como si hubiera pasado un maratón. Ford se acercó a mi extrañado respecto a mi extraño comportamiento, tomé aire con tranquilidad fingiendo que nada pasaba aún que un pequeño dolor seguía en mi pecho. — Linda llamo Shermi y dice que vendrán el fin de semana ¿Que te parece?

Solo hice un gesto de aprobación sonriendo logrando que solo se sentara a un lado mio. — Te vez mal... —susurro haciendo que girara mi mirada a el.

—Vaya, gracias. Pensé que el embarazarse era terminar como una modelo ¡Genial dato! —conteste con sarcasmo mirando su risa nerviosa.

— Lo digo por que tal vez te sientes mal ¿Como te sientes?

—Como una ballena —susurre encogiendome de hombros.

— ¿Y como es eso?

—Pues que voy llena, no tiene mucha ciencia el chiste —alardee haciendo que sonriera un poco— ¿Te molesto con unas fresas? —sonrei sintiendo el poder del apetito sobre mi.

Comenzaba a tener apetito por las noches que a las horas que debería, su sonrisa era de alegría y de alguna manera me contagiaba. —Supongo que traje algunas, dame un minutos —dijo levantándose y besando mi frente con protección.

¿Debería decirle? Era algo que simplemente me tenía con el corazón en la boca, no podía fingir del todo mi tranquilidad. Esa cosa estaba viva y lo peor es que sabía de mi embarazo, sabía donde estábamos y para acabarla tenía a Stan sobre su merced.

Me levanté mirando a Ford buscando en la cocina, de inmediato gire sobre mis talones y camine hacia la entrada.  Trate de buscar con la mirada al hombre de cabellos grises pero nada, realmente ahora me estaba preocupando. — Ahí estás —susurraron en mi oído rodeando mi cintura.

—¡Estas muerto! —grite dándole una patada hacia atrás dando directo en el punto bajo de quién estaba detrás mío. Me gire al escuchar el grito (el cual si fuera Bill se estaría riendo) encontrando a Stan con una mueca de dolor casi callendo al porche— Lo siento, Lo siento ¿Estas bien?

— Si estar bien es que mi parte baja duela entonces no —balbuceo callendo al sofá— ni embarazada dejas de ser un peligro.

—Lo lamento, estoy alterada. ¿Donde estabas? —pregunte sentándome junto suyo.

Stan frotó si cabeza mientras chistaba con su labio ¿Buscaba una excusa? — Hablaba con los gemelos, quieren quedarse un tiempo más.

—Apenas me soportaré yo misma, no creo que sea buena idea el que se queden durante mi cuarentena. Oye que ya rebasó los cuarenta y vienen mellizos, posibles gemelos.

Stan sonrió. — Lo se, yo cuídate de los chicos. Además nada que un poco de ayuda no pueda mejorar ¿No es así ______?

—Supongo que no será mala idea —susurre desviando la mirada a mi vientre abultato, literalmente me sentía que me habían metido una pelota por ahí por qué de la nada había crecido tanto mi abdomen.

( . . . )

Mis pasos eran de los pocos ruidos dentro de la cabaña por la noche «¿Aún sería la misma contraseña?» me pregunte digitando el código y como era de esperarse se abriera. Baje las escaleras y el elevador quedando frente a la chatarra que había construido hace décadas. Podía olfatear el aroma a tierra mojada que se filtraba por la supuesta pared de dicho sótano. Tome la llave de mi escritorio y camine de regreso a elevador llendo al segundo piso.

Las puertas se abrieron donde varias telarañas se apartaron de mi camino, mire alrededor buscando los escritos de hace varios años. Cuando Stanford regreso escribí todo lo que contaba, algún día podría ser necesario pero ahora... Ahora ni sabía dónde carajos estaban.

Entre varias cajas encontré el cofrecillo donde guardaba esos supuestos anotes, llenos de polvo y marcas del tiempo que había Sido resguardado (un par de años, para que exagerar). Con cuidado la abrí encontrando las notas, moví varias de ellas buscando la que tanto anhelaba. Hasta que mis ojos centro una hoja en concreto.

“Tienes cara de quién terminará con Cipher”

“El zodiaco es la única manera de hacerlo”

Parecía que esto lo deje desapercibido, ¿Solo el zodiaco? ¿No contaba alguna otra cosa? Tal vez el que casi Stan perdiera la memoria de por vida. Ambas frases se contradecían; la primera hablaba de que podría ser Ford tanto como Stan sin embargo la mujer (o lo que sea que fuera) no aseguraba que fuera Ford. Pero la segunda surrayaba la idea de que solo podía matarle con los signos ¿Nuestra batalla no había resultado? ¿No había funcionado?

Me sentía una completa irresponsable ¿Ahora que tenía que hacer? ¿Contarselo a Ford? Terminaria de nuevo sumergido por la locura y paranoias. ¿Decirle a Stan? Se asustaría de que un demonio que poco conoce le valla a controlar. ¿Los gemelos? Aún son muy chicos para estos problemas. Literalmente estaba sola en esto.

Tome las notas y las guarde bajo un libro de señuelo que llevaba conmigo, salí escuchando varias voces llamándome ¿Tanto había tardado?

— ¿Donde estabas? —susurro Ford detrás mío.

Demonios, apenas y había podido salir. —Sali a leer.

—Te conozco, mientes.

— ¿Por qué lo haría? —sonrei besando su mejilla y caminando a la habitación— dile a todos que estoy bien y duerman de una vez.

Ford seguía extrañado por qué me desapareciera de esa manera, pero por nada del mundo le diría sobre el supuesto regreso de Bill Cipher. No ganaría nada con sus paranoias y el que me prohibirá siquiera saber del tema por mi embarazo. Parecía que la palabra "embarazo" le hacia pensar en que estaba discapacitada.