Mientras me vestía en el baño seguía molesta ante todo. Stanford y Stanley se había dejado llevar por lo que Bill me había hecho y ejecutaron el plan más arriesgado y mal pensando que había visto en mi vida.
Pero, como era de esperarse, ninguno le tomo importancia a la "enfermera" que me había sedado y se la encargaron a Dipper sin siquiera mirarla o preguntarle algo.
Mientras me colocaba unos zapatos de montaña sentí mi vientre quemar, abrí mi blusa observando que la herida de la cesaría seguía abierta.
-Malditos enfermeros, malditos médicos, no saben hacer nada bien -refunfuñe sacando de mi bolso un kit de primeros auxilios-. Con estas cosas puedo hacerlo mejor que ellos con todo su maldito arsenal -maldije tratando de enfocarme en eso por qué eso dolía horrendamente.
-Graunty ¿Sigues ahí? -preguntó Dipper.
-Claro que estoy aquí. Estos idiotas me han cocido de la manera más estúpida, incluso tu hermana que no sabe de medicina lo abría hecho mejor.
Cuando termine de colocar una gasa para que no se pasará la sangre a mi blusa me termine de vestir y salí atando mi cabello.
-¿Y tus Grunkles? -pregunté mirando por toda la recepción.
-Se han llevado a los trillizos a la cabaña, pacífica y yo te acompañaremos -dijo entregándome una mochila.
-Ella no puede ir, esto es arriesgado -dije mientras revisaba que todo fuera en orden.
-Graunty, confía en mí. Pacífica será de ayuda.
-No quiero ofenderte niña pero esto es para personas que nos criamos ensusiandonos las manos. No pagandole a niños cuando tienes un fantasmita en casa.
-No era cualquier fantasma Graunty -dijo Dipper mientras firmaba en recepción junto conmigo.
Era su novia, él estaba dispuesto a defenderla a capa y espada frente a todo, eso yo lo tenía claro. Yo solo quería saber si estaba hecha de lo mismo que su familia, de engaños y promesas huecas. Si tuviera enfrente a ese maldito de Preston.
La chica seguía sin decir nada mientras a mi menos me gustaba la idea de que fuera. Mucho ayuda el que no estorba.
-¿Tienes algo que decir en tu defensa? -dije ya fuera del hospital.
-Dipper es un irresponsable -dijo con demaciada calma-. Si no fuera por mi abría muerto el verano pasado. Sé que no tengo experiencia en el terreno de lo paranormal pero estoy dispuesta a aprender. No seré un eslabón más en la cadena.
Le miré un rato, parecía demaciada tranquila y eso me gustaba, no había caído en las pocas esperanzas que tenía en ella.
-Bien, tu y Dipper irán en el auto, yo tengo que regresar por algo -dije extendiéndole mi mano dándole las llaves.
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Desde hace bastante tiempo que no conducía por mi cuenta y realmente lo extrañaba. A pesar de verle encargado mi motocicleta a Soos seguía teniendo uno que otro fallo que en mi cabeza necesitaba arreglar ya.
-¿Estás segura? -preguntó Stanley.
-No lo sé, iré al búnker y después nos vemos en la casa de los Northwest. Pacifica y Dipper me alcanzarán.
-Nadie a ido al búnker desde hace bastante tiempo, debes tener cuidado. Mejor dile a alguno de los chicos que te acompañe.
-Estaré bien -dije colgando finalmente.
Tratando de no esforzarme mucho tome el cinturón Infinito que Stanford me había mandado y me lo coloque lanzando lo a la rama y con mi propio peso hacerla bajar.
En cuanto la compuerta se abrió saque una arma de mano. Empujándola un poco trate de entrar ya que se mantenía bastante oxidada.
Empujando más fuerte maldijé -Debo darle manteniendo a esto mas seguid-
Cuando menos lo noté una gran rama cayó a mi derecha por el fuerte golpe que le di al árbol.
Entrando tome una de las cajas que se encontraban en la planta principal, no eran más que las copias de los tres diarios. Stanley las había conservado y las había guardado aquí. Pensaba emprender uno de los hechizos para meterme a la cabeza de la chica y así conseguir toda la información posible.
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Mi camino a la casa Northwest no había sido de relevancia, solo un par de llamadas de Stanford y aguantandome las ganas de partirle el rostro al padre de pacífica. Solo por respeto a ella.
-¿_______? -preguntó Priscila.
-Quitaté de mi camino antes de que te pinche esos labios -dijé molesta quitándome la mochila.
-¡Graunty! -habló Dipper llegando detrás de mí-. Estaba por ir al búnker por tí. ¿Cómo está por allá?
-Nada de que preocuparse, por ahora. ¿Dónde está? -pregunté dirigiéndome a pacífica quien se mantenía callada ante la mirada penetrante de su madre.
-E-En el ático -contestó tratando de mirar a otro lado.
-¿¡Sola!? -grité buscando las escaleras para subir.
La habitación parecía sombría, como si ninguna alma habitará en ella a pesar de que nosotros tres estábamos allí. La luz que estaba de la ventana era tan pálido que resultaba extraño.
-Quedense afuera para cuando tus Grunkles lleguen, Dipper -dije abriendo la caja con las copias de los diarios-. No quiero que vean esto -cerre la puerta detrás de mi.
Si. Una vez ya habíamos usado esto para estar a la cabeza de Stanley pero lo último que quería era que se aprendieran el conjuro o que me vieran quedar como estúpida antes la posición en la que me pondría.
-Buenos días -dijo Sherin jugueteando con uno de sus rizos negros-. Parece que las flores vuelven después del invierno ¿No es así?
-Como puede ser que viajarán millones de kilómetros y llegarás justo a mi pueblo... ¿No es la mejor de las coincidencias? -pregunté sacando mi arma-. No soy estúpida Sherin. Habla ahora antes de que tu siguiente frase sea tus últimas palabras.
Ella solamente sonrió mostrando sus dientes blancos.
-Tu no lastimas gente inocente.
-No eres inocente. ¿Que pudo ofrecerte ese bastardo por tratar de matarme? -dije colocando está vez el arma en su frente-. ¡Habla maldita sea!
-¿No podrías ser más paciente? -preguntó comenzando a reír-. Tu lugar fue ocupado lotus... Emerge nova tempora, in ipso resurrexit
-Conmigo no funcionan tus lenguas. Me cansé de juegos -susurre disparando al techo-. Le dirás a mi esposo la verdad, todo, sí no yo misma te haré regresar a tu tierra pero por paquetería.
La puerta de inmediato se abrió llegando Stanford y Stanley. -Dijiste que no ibas a dispararle a nadie -dijo Stan agotado de subir las escaleras de sopetón.
-Solo fue al techo, por ahora. Háblale -dije dándole un ligero jalón al cabello de la chica.
-Tu esposa hizo un trato con Bill, si ella lo menciona tu hijo morirá -sonrió complacida para después voltear a verme-. No puedes negarte -cantureo en victoria.
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ᴄᴜᴍᴘʟɪʀᴇ ᴍɪ ᴘʀᴏᴍᴇsᴀ [ғᴏʀᴅ x ____]
FanficUna promesa siempre se tiene que cumplir. palabras de mi madre que me llevaron hacer con vida una larga lista de cosas que tendría que hacer con el tiempo y una de ellas era «Seguirle hasta en fin del mundo». Y estoy dispuesta a ellos aunque suene...