22. Herencia

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Mi sonrisa iba en aumento. Quería contarle a Ford, a Stan y también a los niños. Pero, tenía que esperar el momento adecuado ya que anteriormente Ford me había comentado cosas que me hacían creer que esa noticia le afectaría.

Parecía ser eterna la espera. Tanto del fin de gestación como el saber si Bill algún día se dignaría a aparecer. Era cansado mirar por la ventana en busca de que Ford volviera con Dipper, se había vuelto una rutina; de nuevo.

-¿Que tal las aventuras? -pregunté mirando como ambos entraban compartiendo risas.

-¡Grunkle Ford quedó pegado a una pared por una hora! -exclamó Dipper para después estallar en una carcajada junto a él.

Les sonreí ofreciéndoles una bebida. -Me imagino, tu Grunkle siempre a Sido muy torpe en esa nave -comenté dándole un largo sorbo a mi bebida.

-¿Yo? -preguntó de inmediato ofendido-. Dudo que no recuerdes como la encontramos ¿Verdad, Jones? -arqueó una ceja dejando salir una carcajada.

-¿Jones? ¿Es tu apellido de soltera? -preguntó Dipper de inmediato.

-Por supuesto. Aún que a tu Grunkle le encanta molestarme con mi apellido.

-Tu lo hacías muy a menudo. No sé que me impide a mi hacerlo -contestó haciéndome sonreír de inmediato.

Una risa quiso salir en el instante que bebía de la lata. Tarde un poco para recuperarme mientras ambos me miraban aterrados de que algo me llegará a suceder.

-Hoy no moriré por si les interesa saber -dije un poco cansada de su mirada fija en mi.

-¿Cómo sabes eso, Graunty? -preguntó Mabel llegando con un catálogo de bebés tomando haciendo junto a mi.

-Cosas de las que uno se entera -conteste sonriéndole.

Tanto a Ford como a mí, Bill nos había dicho a que edad moririamos. Algo que después de esa plática con los chicos por la tarde se volvió una discusión entre él y yo por la noche.

-Pensé que no volveríamos a tocar el tema -dije dejándome caer en el sofá de la sala mientras Ford se aseguraba que Stan había llevado los niños a dormir.

-Yo también pensé que jamás tendríamos hijos. Mírame aqui -contesto sarcástico sentándose a un lado mío, me miraba un poco triste sin embargo tenía miedo de todo-. ¿Estás segura de lo que estás haciendo?

-Completamente. Jamás tuve dudas.

-Dudar es bueno en algunas circunstancias. Te hace tomar decisiones más sabías, además te da la oportunidad de pensar las cosas con calma y tiempo -aclaró tomando mi mano.

Baje la mirada un poco cansada. -Ya no estoy en tiempo de pensar dos veces las cosas, estoy segura de todo lo que hago.

Se quedó pensando unos segundos, eligiendo sus palabras.

-...Dudar es bueno...

-Tomamos caminos diferentes, tal vez esas predicciones cambiaron. Nosotros lo hicimos, no creo que él supiera que haríamos todo esto.

-¿Y si ese era su plan? -comentó en voz baja.

Diablos, no, le había dado esperanzas de vida sobre Bill.

-¿Su plan era morir? -contesté, tratando de llevarle la contraria-. Él jamás podría planear algo así con tanta paciencia, aún recuerdo su voz desesperante por abrir el portal.

-Circustancias extremas nos llevan a decisiones extremas.

-¡No volverá! -grite, con un nudo en mi garganta por mentirle-. Ese maldito está pagando por sus errores, Stan se sacrifico y tú también, no cometimos errores a la hora de su deceso.

Stanford tomo mis manos, de alguna manera sus acciones me hacían sentir que él sabía que estaba mintiendo, me hacía sentir culpable aún que desde mi perspectiva parecía inocente.

En un gesto brusco jalo mi mano hasta tenerla a unos sentimientos de sus ojos, y ajustando sus anteojos se concentro en esa marca que mantenía mi brazo.

-Eres muy buena mintiendo -susurró, un tanto angustiado.

ᴄᴜᴍᴘʟɪʀᴇ ᴍɪ ᴘʀᴏᴍᴇsᴀ [ғᴏʀᴅ x ____]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora