—¿Hablar de que? —pregunto Stanford alzando una ceja.
«Paranoia» dijo mi cabeza mientras trataba de entrar en razón, era necesario contarle pero ¿También sería conveniente?
—De que.. debemos ir a New Jersey —mencione tratando de alejar el tema— no me siento muy bien para una aventura como el triángulo de las bermudas aún...
—Pero ______ —dijo Stan entrando— estamos tan cerca, tendríamos que cambiar completamente de curso.
—Stan creo que tiene razón —admitio Ford algo confundido.
—¿La tengo?
—¿La tiene?
—Si.. —sobo sus cienes— esto es demaciado para nuestra primera aventura así que lo mejor será ir a algo más pequeño ¿Que les parece?
Stan y yo compartimos miradas, hasta que supiera el por qué le sucedía lo que estaba pasándole estaria lista para ir, ahora con ese sueño tengo miedo de que sea algo más. —A mi me parece bien. ¿Entonces a dónde vamos?
Ford lo pensó un rato. —¿Recuerdan la leyenda de la isla ellis? —ambos acentimos— bueno.. pues podemos ir y llegar a New jersey para después regresar a la aventura.
Sonreí de inmedito. —Me parece —contesto Stan mientras Ford tomaba un mapa de la mesa y salía con una sonrisa marcada. —¿Por qué le mentiste?
—¿Piensas que le diré? No sé cómo valla a reaccionar, después de que Bill se fue duro toda la noche sin pegar los párpados.. me preocupa su salud mental, no se aún si pueda soportarlo.
—Escapo de él treinta años.
—Eso no significa que este acostumbrado o preparado para saber que su hermano está sufriendo los efectos de sus asquerosos tratos. Cometimos un error y el se está llevando el peso completo. —desvie la mirada pensando un poco— tal vez le diga en New jersey cuando le vea más calmado y que la adrenalina no le esté afectando el cerebro, en ese momento buscaré las palabras hasta entonces déjame descansar del tema y tratar de resolverlo yo.
Este se acercó y se sentó a un lado mío. —aprecio todo esto.
—No es nada, te debo varias.
—Tantas que perdí la maldita cuenta. —ladeo una sonrisa para después soltar una carcajada.
Miré mi brazo el cual tenía una pequeña marca por la jeringa. —Debiste apuntar a mi vena y solo unos segundos..
—Ya que no se usar esa cosa.
—Solo cuida tus espaldas y a cualquier inquietud en tus pensamientos o sueños deberás decirme.. aún estamos a tiempo de frenarle si alcanzo a saber qué sucede.
(...)
Podía sentir el frío aire acariciar mi rostro mientras no despegaba mi vista de las bellas estrellas que adornaban la noche. —¿Estás bien? —pregunto Ford levantando mi cabello de mi cuello y besando esa parte.
—S-Si —respondi algo avergonzada— solo.. me siento un poco extraña.
Alzó una ceja. —¿Extraña?
—Extraña, como si tuviera un montón de gusanos en mi estómago —dije riendo.
—Mariposas querrás decir..
—Tal vez, realmente no lo sé solo.. siento que mi cabeza se pierde en todo esto ¿Sabes? Hace unos meses tenía planeado que regresaras y algo me decía que no sería así pero miranos —sonrei tomando su mano— no puedo creerlo aún.
Miré hacia el notando que la quebrajada que tenian sus anteojos se había extendió. Acarició mi mejilla con suavidad sin dejar esa bella sonrisa de lado. —Yo ya me daba por muerto desde que cortamos comunicación ¿Por qué no me dijiste lo de la niña cuando nos vimos?
—No era el mejor momento, estaba nerviosa y en mis peores momentos.. si no fuera por Stella creeme que estaría destrozada o más de lo que estube en esos días.
—Pero todo pasó.
—Para bien o mal así fue pero sigo aferrada a varias cosas..
—¿Como cuales?
—Como a los recuerdos del pasado.. a mi actitud que me sobrellevó a muchas cosas que no debí hacer.. ¿Sabías que es un delito traficar perros? —pregunte riendo.
—Tu eres la abogada —carcajeo dandome un ligero codazo— Con que no solo Stan cometió delitos.
—Yo hice unos cuantos por algunas piezas, varias de las originales se quemaron y en la nave no había anda más que chatarra media oxidada.
—Ya estaban oxidadas cuando fuimos, esa cosa se deteriora cada vez más pero.. las trampas, me tomaron por sorpresa.
Reí. —A todos, hasta el pobre de Dipper.. ese niño solo quiere ser como tú.
Ford se alzó de hombros. —El será mejor, el hizo cosas que yo jamás pensé en mis treinta.
Tal vez tenía razón era cierto que cometimos demasiados errores, No solamente el. al mirar las estrellas recordaba en la alegría que me causaba saber que los gemelos menores de la familia vendrían junto con nosotros esta Navidad. Aunque aún faltaba hablarlo, mire hacia abajo con curiosidad encontrando el agua calmada que nos así a navegar con tranquilidad la sonrisa de Stanford no se podía fingir, hace tiempo que no estábamos así la calma era algo que era necesario desde hace tiempo nosotros en especial en Stan que conducía a la nave con gran felicidad mirando con cuidado el cielo Como Si buscara respuestas en él ya que aún piensa en Karla. —¿Se está pensando eso demaciado verdad? —asentí levemente desviando mi mirada hacia él.
—Si, no pierde la oportunidad de llamarla ya que aún espera que ella conteste.
Ford suspiro, era casi imposible que una mujer de la edad de Stan siguiera soltera. —al menos él aún tiene la esperanza y es algo que nunca muere.
—Su esperanza debió verme muerto hace mucho tiempo, Y si nunca le encuentra se sentirá fatal, puede que está haya muerto, no sabemos nada de ella desde hace años.
—Por hoy dejemos esto, puede que en New Jersey Stan encuentre otra distracción—ladeo una sonrisa tomando mi mano.
Era cierto lo que decía, aún había esperanza y era lo que último que podía morir Pero yo tenía miedo de que la verdad lo dañará, pero el mayor de mis miedos era que cuando Bill regresará no hubiera esperanza y esta vez fuera lo primero en morir.
Han pasado tantas cosas que me impiden escribir qué sería demasiado largo el capítulo Por decirlas pero le recuerdo que pronto vendrán muchos capítulos divertidos y más emocionantes qué dijo divertidos más bien con alguien misterio ya que sabemos que Bill regresará pronto.Sobre Carla y Stanley quisieran que se encontraron de nuevo?
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ᴄᴜᴍᴘʟɪʀᴇ ᴍɪ ᴘʀᴏᴍᴇsᴀ [ғᴏʀᴅ x ____]
FanficUna promesa siempre se tiene que cumplir. palabras de mi madre que me llevaron hacer con vida una larga lista de cosas que tendría que hacer con el tiempo y una de ellas era «Seguirle hasta en fin del mundo». Y estoy dispuesta a ellos aunque suene...