Ella pensaba mientras el humo escapaba de su boca y rodeaba con perfecta delicadeza sus carnosos labios sin pintar.
La gente le hablaba, pero ella sólo tenía oídos para escucharse a sí misma.
Y, aunque sabía que a veces no debía viajar a sus profundidades más profundas por si acaso se encontraba con un monstruo más que otro, aquella noche no le importó.A su izquierda, un chico de pelo negro y ojos verdes la miraba y sonreía.
Ella lo miró también y esbozó su típica sonrisa torcida, puede que demasiado sensual y atrayente.Entonces el chico no pudo resistirse más y se acercó a ella.
Ella lo vio venir por el rabillo del ojo, pero se hizo la tonta conversando con sus amigos de cualquier tontería.Cuando el chico hubo llegado a su altura, tuvo que pestañear varias veces más, pues la belleza de ella le parecía aún más perfecta en su cercanía.
El chico le pidió el número, y entonces sus amigos la miraron divertidos y con una ceja enarcada: La conocían y sabían la tormenta que se avecinaba con su respuesta y su actitud.-Encuéntrame si eres capaz. - Le contestó ella sin mirarle.
Sus amigos estallaron en carcajadas, y el chico se encontraba confuso. Aunque sonrió. Por lo que se veía, a él tampoco le gustaban las cosas fáciles.
Pero no tenía ni idea en qué clase de tornado estaba a punto de adentrarse.
Y, aunque el chico se había acercado a ella con ganas de un lío de una noche, en breve iba a darse cuenta de que no podría escapar.Y eso ella lo sabía.
Al igual que también sabía que ya no quería ser encontrada.
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Lo Que Casi Sin Querer Sangro
PoetryCuando das todo por intentar algo que tal vez suponga tu perdición, tal vez es porque en lo más profundo de tí tienes la tremenda esperanza de que puede que salga bien, de que puedes conseguir un tesoro cavando en las tierras del mismísimo infierno...