Tiempo.
Tiempo.
Tiempo.
Algo que me pone de los nervios. Tal vez se deba a mi impaciencia.
La mayor parte de las veces que viajo a mi mundo de caos mental, me imagino que el Tiempo es una persona. Intento crear su apariencia; ¿Guapo, feo? ¿Hombre, mujer? ¿Joven, viejo? ¿Delgado, entrado en carnes?
Y yo que sé. Sólo sé que le haría muchas preguntas, entre ellas estas dos:
-¿Cuánto de tí piensas que una persona tiene?
-¿Cuánto de tí piensas que alguien es capaz de soportar?
Y como posiblemente vería que se reiría en mi cara por yo no saber nada y él saberlo todo, llena de ira le diría:
-Puede que para tí sean preguntas de lo más sencillas, o directamente ni siquiera te dé la vena de contestar, para qué nos vamos a engañar. Pero eres inmortal, capullo. Y posees todo el tiempo del mundo que una persona rota querría disponer para la cura de su maldita alma.
-Seguro que hay más de quinientas almas que se han perdido en tí, esperando ser encontradas o reparadas. Y tú, tú seguro que te estas partiendo la caja de la risa mientras tanto.
Y ahora digo yo una cosa; al lado del Tiempo, ¿de verdad seguimos siendo nosotros, las personas, los únicos egoístas?
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Lo Que Casi Sin Querer Sangro
PoetryCuando das todo por intentar algo que tal vez suponga tu perdición, tal vez es porque en lo más profundo de tí tienes la tremenda esperanza de que puede que salga bien, de que puedes conseguir un tesoro cavando en las tierras del mismísimo infierno...