LXXX. Hacer El Amor

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La miré y estaba cohibida, quitándose la ropa no muy segura y tal vez con ganas de que aquello llegara a su fin.

Me acerqué a ella, le agarré las manos y la obligué a mirarme.
Estaba temblando.

-Eh, eh... - Esbozando una sincera sonrisa, la detuve y le coloqué correctamente el tirante del sujetador. - No tiene por qué ser hoy. Por favor, no te fuerces.

-Pero... - Titubeó, roja de la vergüenza y el pudor.

-Sh. Ya estamos teniendo sexo. ¿No lo ves?

Frunció el ceño, confusa; No sabía a lo que me refería.

-Estamos teniendo sexo, sexo del bueno. ¿No ves qué es lo que hacemos? Estamos teniendo contacto físico mientras nos miramos directamente a los ojos, en una cama y en ropa interior. Estamos quietos reconociendo la expresión del otro, comiéndonos con la mirada y besándonos sin besarnos.
Estamos haciendo el amor de la manera más salvaje posible, sin tocarnos, de la que tal vez todo el mundo desconoce.
Y, si alguien te pregunta si tuviste sexo conmigo, dile que por supuesto que lo tuviste, pero que ni siquiera pasamos de la ropa interior ni dejamos las sábanas revueltas.
Diles que no hace falta tocar para hacer el amor.
Y si te dicen que eso no es tener hacer el amor, entonces no tienen ni la más remota idea de lo que eso significa.

Lo Que Casi Sin Querer SangroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora