Un Amor Del Carajo Ⓓ [COMPLETA]

Capítulo 5.

He intentado luchar contra nuestra energía
Pero cada vez que creo que soy libre 
Te drogas y llamas como si nada
Me debilito y caigo como una adolescente
¿Por qué?, ¿por qué Dios sigue trayéndome a ti?

Ariana Grande - Everytime

5 | Cada vez.

Supongo que ahí fue el momento indicado donde debí tocar fondo. Debí darme cuenta de lo que él tenía y lo poco que me daba. Pero en mí no sucedió así. Pasé la semana en la búsqueda de una señal de su arrepentimiento. Esperé alguna disculpa. Yo ya me había disculpado, quería que él lo hiciera también. Sin embargo, ese fue mi gran error: esperaba demasiado de alguien que valía tan poco.

Esa semana me hizo sentir tanta ansiedad. En los pasillos me ignoraba. Saludaba a Celeste y a Sofía, pero se olvidaba de mi existencia. Recuerdo que un día, al salir de clase de química, él me golpeó con su hombro para apartarme. Casi lloro en los baños.

«No es de bichotas llorar en público» me dije a mí mismo. «Deja de pensar en ese pito-chiquito».

«No puedo, Martha».

—Los vamos a agrupar para ver que pueden hacer, ¿de acuerdo? —dijo el entrenador después de que calentáramos y estiráramos. Los martes, miércoles y jueves, entrenábamos después de clase y teníamos la presión de mantener el título de campeones ese año. Así que la exigencia era máxima.

Hizo un sorteo. Para mi desgracia, no me tocó con Julián. Doble desgracia: me tocó con el estúpido de Abel.

«Está bien. Abel es uno de los jugadores más buenos del equipo. No diré más. No me gusta admitirlo en voz alta porque hacerlo es perder contra él y yo nunca pierdo».

Fueron los del otro equipo quienes ganaron el primer saque. Julián sacó, esa de las cosas que se le daba muy bien hacer. Su tiro iba direccionado a la línea de fondo, donde es más complicado recibir, pero Abel la alcanzó y comenzó el juego.

Matías decía que yo jugaba bien, pero la verdad siempre creí que no lo hacía. Vamos, ¿quién le dice a alguien que es mal jugador? Abel podría decírmelo, pero eso no cuenta porque me refiero a alguien dentro de tu circulo social de amistad. Mis brazos no tenían la suficiente fuerza, tampoco era el más rápido, a veces creía que solo me habían elegido por mi altura.

Va a sonar muy estúpido lo que hice. Cuando llegó el balón a mis manos, tenía la oportunidad de pasárselo a Abel quién haría el remate o podría pasarlo yo solo, pero me arriesgaba a que se quedara en la malla. Opté por lo último, pasó la red, pero Julián hizo un bloqueo y nos anotó un punto más.

Todos los de mi equipo me abuchearon, supongo que la mejor opción era pasársela a Abel. Él negaba y puso los ojos en blanco.

—¿Qué pasó? Si haces otra de esas tonterías vamos a perder —dijo Matías al pasar por mi lado. Prometí hacerlo bien.