Un Amor Del Carajo Ⓓ [COMPLETA]

Capítulo 10.

Tengo algunos trucos bajo la manga
Hay que ser uno para reconocerlo
Eres un vaquero como yo

Taylor Swift - cowboy like me

10 | La respuesta.

—Eres tonto, ¿cómo le vas a hacer eso a tu hermana? —me gritó mi mamá.

Lo que sucedió fue que estábamos en mi cuarto con Susi, yo le grité "ya vienen los vampiros" y salí corriendo de ahí. Le apagué la luz y le cerré la puerta. Ella comenzó a llorar.

—Solo era un juego. —Susana no dejaba de llorar en los brazos de mi mamá y yo estaba apoyado en la encimera—. No fue para tanto.

—Claro, porque no te lo han hecho a ti.

—Viviana me solía encerrar por más tiempo.

—Pero tú ya eras grande.

—Tenía seis. Susana tiene ocho.

—Pero no es lo mismo, madura, por favor.

Susana se calmó y mi mamá se apartó para continuar haciendo la cena. Me senté en la mesa y revisé las redes sociales. Celeste me dijo que no tenían planes, así que yo no tendría que preocuparme por gastar dinero y eso me hacía respirar en paz.

Susi me daba patadas por debajo del mantel para que mamá no pudiera ver. Yo le hice una mueca y ella me mostró la lengua.

—Mamá no te quiere nadita —me dijo.

—A ti te quiere por lastima porque te encontró en la basura.

Entonces ella soltó un gritó y comenzó a llorar otra vez. Casi suelto una carcajada. Pero vi que mi madre ya llegaba muy enojada hasta mí.

—Vete a tu habitación —me dijo. Pero yo me crucé de brazos y me acomodé en la silla.

—No quiero —dije.

—Mira, Camilo, no quiero pelear contigo hoy. Ya tengo mucho con las cuentas que no me dan.

—¿Por qué me regañas solo a mí, si Susana me estaba dando patadas por debajo de la mesa? —Mi mamá le lanzó una mirada severa.

—Mentira, yo no hice eso —se excusó Susana.

—Tú estás muy grande como para pelear con tu hermana. —Me tomó del brazo y me dejé guiar fuera de la cocina—. Ponte a hacer algo productivo. Solo te pasas el tiempo recostado. No me des más problemas de los que ya tengo.

Y cerró la puerta en mi cara.

En lugar de irme a mi habitación, salí de mi casa dando un portazo. Caminé hasta donde mi tía. No me apetecía estar cerca de mamá. Desde que se había mostrado papá en casa, ella tomó una actitud muy extraña. Casi no hablaba, andaba alterada todo el tiempo, parecía distraída y nos peleábamos más seguido.