Capítulo 21.

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Si tú bailas, yo bailaré,
y si no lo haces, yo bailaré de todas formas.
Dale una oportunidad a la paz,
deja que el miedo que tienes desaparezca

Lana Del Rey - Yes to Heaven

21 | Cuando el fuego se apague

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21 | Cuando el fuego se apague.

Toda mi vida me sentí atrás de la sombra de mi hermana.

Ella era la favorita de papá y creo que por eso siempre traté de llamar su atención. Esperaba que él pudiera darme un poco de lo que ellos tenían. Es que creo que siempre él tuvo una mejor relación con ella. Y yo tenía envidia de cada una de las acciones que él tenía con ella.

Mi hermana era la luz de sus ojos. Aunque él nunca quiso casarse con mi mamá, el hecho de haber tenido a Viviana, compensaba todo.

Se parecían hasta en lo físico. Eran altos, esbeltos, con el cabello rizado y unos grandes ojos cafés, que eran lo suficientemente claros como para que yo los envidiara. Siempre quise ser ella y recibir lo que ella.

Mi papá solía llegar y, antes de siquiera saludar a mamá, pasaba hasta la habitación de mi hermana para ver si estaba bien. Cuando enfermaba, él se preocupaba tanto que, si él hubiera podido, hubiera faltado al trabajo. Si sobraba algo de dinero en el mes, por lo general teníamos más dinero porque hubo una mejor economía en aquel entonces, ella recibía ese dinero para que se comprara ropa o lo que le hiciera falta.

Por ahí creo que todo se arruinó. Ella no tenía ambiciones, pero tenía dinero para gastar, también tenía un novio drogadicto y alcohólico, y tuvo todas las libertades que mi mamá le pudo dar.

No sé qué esperaba de mi papá. Siempre había sido consciente de que era abusivo. Por lo menos, debía suponerlo por las veces que llegó a pegarle a mamá, o por aquella vez que casi asesina al vecino, o por esa misma vez donde casi me entierra el filo de la botella. Yo era consciente de que los efectos del alcohol atacaban su cuerpo, vi las botellas en el suelo de su carro y, aún así, decidí hacerme de la vista gorda. Me aferré a la idea de que mi papá había cambiado, de que la vida debía sonreírme, de que tendría el amor paterno que siempre quise por una vez en mi vida. Hubo tantas señales que decidí ignorar.

Y siempre le puse el peso de todo a mi mamá. La hice culpable de cosas que nunca hizo. Quise que sanara traumas que ella nunca construyó. Y, al mismo tiempo, nunca la dejé entrar a mí de la mejor manera. Siempre me sentí listo para atacar con ella.

Me di cuenta que, con mi papá nunca alzaba la voz, porque buscaba validación suya todo el tiempo.

No me importaba que pasara con mamá. Ella trataba de no mostrarse siendo la víctima del maltrato. Ella trató de que la tomáramos en serio. Trató de imponer autoridad en nosotros, pero papá la invalidó siempre. Se reía en su cara cuando quería ponerle limites a mi hermana. Era probable que él sacara su dinero del bolsillo y se lo diera para que se fuera de fiesta.

Un Amor Del Carajo Ⓓ [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora