Gaara y Tu x Siempre

Capitulo 30 La Aldea de la Cruz

Gaara, apretó con fuerza la nota que le habías dejado en tu casa. No podía entender porque te habías ido sin el. Habían quedado en ir juntos a tu Aldea, lo bueno fue que el ya tenia los permisos así que ninguno de ustedes tendría problemas con Suna.

Partió en ese mismo momento hacia tu Aldea, recorrió el camino apresurado, quería alcanzarte lo mas antes posible.

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Poco a poco el sol se ocultaba en el ocaso, tus latidos sonaban acelerados, respirabas agitada pero era de esperarse ya que habías corrido por varias horas sin descanso.

Decidiste detenerte por unos minutos antes de continuar. Ya estabas lejos del desierto, en un par de kilómetros se encontraba tu Aldea.

-No entiendo que planeas... pero si quieres volver a la Aldea Oculta de la Cruz no te lo permitiré- gruño molesto el lince dentro de ti.

-Haz lo que quieras, ya no soy la misma que antes- dijiste decidida. Soume intento tomar el control de tu cuerpo de nuevo, pero no se lo permitiste. Luchaste contra su voluntad, resistiendo... no dejarías que te convirtiera en su marioneta otra vez.

Finalmente se rindió, y protesto confundido. No entendía porque ahora no podía manejarte como las otras veces... pero para ti la respuesta era clara. No lo perdonarías por haberle lastimado a la única persona que amaba en todo el mundo. Gaara.

-No falta mucho- miraste a tu alrededor, preparándote para partir.

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Levantaste el rostro exhausta, por fin habías llegado a la Aldea Oculta de la Cruz. Te dirigiste hacia el castillo que se encontraba en el centro de la ciudad.

Buscaste a tu abuela pero sin resultado, no estaba en ninguna parte. Así que fuiste a la oficina del Kage, tu tío, te explico que tu abuela seguía en una misión y que posiblemente llegaría en una semana.

Te sentías frustrada, pero decidiste averiguar por tu cuenta... pero fue en vano, todos te decían lo mismo. La única que sabia como detener a Soume era tu abuela.

Decidiste pasar la noche en uno de las habitaciones del castillo que tu tío había ofrecido. Antes que te fueras a dormir, le mandaste una carta a Gaara, para decirle que te atrasarías mas de lo que esperabas...

-Estas perdiendo tu tiempo, no te encontraras con tu abuela y luego de eso podre manejarte a mi antojo- murmuro Soume furioso.

Decidiste ignorarlo, provocando que ese monstruo oculto se enojara mas. No estabas de humor para discutir con el, porque estabas segura que pronto encontrarías la forma de detenerlo.

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Al día siguiente te levantaste bruscamente, como tu ventana estaba abierta, escuchaste gritos que provenían del castillo, donde estabas.

-Traigan refuerzo a la entrada!! un ninja de Suna intenta atacarnos- grito uno de los ninjas de tu Aldea.

-Pero que demonios- murmuraste mientras de alistabas apresurada- debe ser Gaara.

Corriste apresurada, y en cuanto llegaste a la entrada de la Aldea viste a Gaara rodeado por varios ninjas que le impedían el paso.

-Este es mi permiso, no entienden que no vine a atacar a nadie?- los miro molesto el pelirrojo, pero esos ninjas no le creyeron, uno estuvo a punto de atacarlos y fue ahí que perdiste tu paciencia.