último capítulo
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A veces me siento un poco resentido con la vida, todo el mundo es consciente que nuestra imagen juntos vende, no sé porqué hay esa necesidad de separarnos cuando los dos podemos explotarnos al máximo. Pero bueno, la cuestión es que nos llamaron para hacer una sesión de fotos para la marca Adidas, vamos a estar en la nueva campaña, algo que Ludo no va a poder disfrutar del todo por estar lejos del país. Aunque sí de la mercadería, claramente.
Me gusta cuando logramos dejar toda la mierda de lado y ser nosotros mismos, las fotos salieron sumamente naturales, así como lo somos nosotros. Ni siquiera se notó la tristeza que tenemos encima por el reloj que corre en nuestras vidas, ser una pareja dentro de todo normal sin sentir ninguna presión, es lo que mas disfruto de estos días.
Ludovica tuvo razón el día que me contó sobre la noticia, Eze tenía para mi muchas propuestas las cuales se estaban cerrando y no dudó en decírmelas ni bien tuvo las cosas en claro. Así que sí, ahora yo también soy propiedad de una productora, una de las más importantes del país en el género, si me dejan halagarme un poco. No solo tengo que dejar a mi novia en todo esto, sino que también a mi representante, ya que Ezequiel se va con ella. Por suerte, me presentó a un amigo de él y todo esta cubierto.
—¡Hola! —solté hablando más fuerte de lo normal, porque no me están escuchando. Mi hermana se separó de golpe de los labios del chico que está en mi sillón y me miraron asustados. Con una sonrisa burlona, me acerqué, Ludovica afianzó más el agarre a mi mano, sé que está al borde de tensarse de la risa como yo—. Hola Mai, hola...,
—Nicolás —balbuceó el chico, mirándonos raro.
—Cuidado con ese nombre, eh —habló Ludo, riéndose. Sé que no le está causando risa que el chongo de mi hermana se llame como su ex, sino, toda la situación en general. Sin poder aguantar más, la seguí ganándome una mirada de odio de Maiten.
—Nico él es Mateo, mi hermano —nos presentó levantándose. Es gracioso que quiera poner seriedad cuando su boca está sumamente roja y sus pelos despeinados. Pero opté por ser buen hermano y darle una ayuda, me acerqué al chico y lo saludé estrechando mi mano.
—Hola...
—¿Todo bien? Ella es Ludovica, mi novia —se la presenté, ella con una sonrisa se acercó a darle un beso en el cachete—. No te preocupes por mi, tenes que tener más miedo con mi mamá que conmigo —le dije con una sonrisa, aunque creo que lo estoy hundiendo más que ayudando. Solté su mano y miré a mi hermana— ¿Dónde está?
—Encerrada, obviamente —dijo en un suspiro de cansancio. No sale de su pieza desde hace una semana que papá se fue, tengo que prepararle comida y llevársela, obligarla a bañarse y todas esas cosas que hacen los padres por los hijos, no al revés.
—Ah y aprovechaste...
—¡Y sí! Se suponía que vos no ibas a venir —se justificó.
—Yo nunca dije que no iba a hacerlo...
—¿Y de dónde sos? —le preguntó mi novia, tratando de integrarlo a la conversación.
—Vivo por acá, a unas tres cuadras.
—¡Ah te van a amar entonces! —chilló ella con un rastro de humor que el chico no llegó a entender. Me reí y la abracé.
—¡Ja que graciosa sos amor! —me burlé para después mirarlo— Igual es verdad, despreocupate.
—¿Demasiada seriedad no les parece? —se quejó mi hermana, agarró la mano del chico—Vamos.
—Bueno —murmuró él indeciso, pero antes de dejarse llevar por ella. Se soltó y nos miró—. Quiero decirles que posta me encanta la pareja que hacen..., te vi el fin de semana en el Círculo y la rompiste, Pache.
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Entre versos y otros prejuicios | Primer Parte
Teen FictionCreo que primero debería presentarme para no ser maleducado así que, acá voy... ¡Hola! Soy Mateo Pacheco, pero nadie me dice así realmente... Los más allegados me dicen Pache y asumiendo que vas a leer mis pensamientos por un tiempo, podes llamarme...