Capítulo Cuatro - Buen comienzo.

1.9K 87 6
                                    

Me quedé helada con lo que dijo. ¿Le gustaba hablar conmigo? En realidad, sentía que había monologado bastante. Solo había contado demasiado sobre mí, eso no es nada que impresione.

Sonrió y se quedó mirándome pero luego se notó que estaba preocupado. Miró mi tobillo, que estaba cada vez más hinchado, y volvió a mirarme a mí.

- Espero que tu tobillo esté bien, espero no haberte hecho daño. - me dijo con voz dulce y preocupada. Me daba mucha ternura que estuviera sintiéndose de esa manera. 

- Si no está bien esperaré a que se cure pero no es tu culpa. No tenés nada que ver con eso.

- Bueno, yo te choqué, sí tengo que ver.

- Deja de culparte, no tenés por qué.

Me miró a los ojos y yo quedé hipnotizada. Me costaba mucho concentrarme cuando hacía eso. La llamada del doctor me hizo volver a la realidad. Caminé como pude hasta la puerta, él ayudándome, como siempre. Entramos al consultorio, me revisó y me dijo que solo me había doblado el tobillo al caer y que lo único que necesitaba para que el dolor se vaya era tiempo. Me dió un remedio para que no me duela tanto y luego se despidió de los dos. Fue un alivio, tenía miedo de que fuera otra cosa por cómo me dolía y el tamaño que tenía, pero al escuchar las palabras del doctor me relajé. Fue muy amable y profesional, me trató muy bien y ayudó a tranquilizarme. 

Después de esperar a que Noah fuera a comprar y traer el remedio (cosas que él mismo muy amablemente se ofreció a hacer), lo tomé y esperamos un rato más para que haga efecto. Salimos del hospital, él con su brazo en mi cintura de vuelta, pero yo ya podía caminar mejor, el remedio estaba funcionando.

Nos subimos al auto de nuevo pero esta vez no le prestamos atención al chofer y seguimos hablando, él me contó dónde vivía y qué estaba haciendo cuando me conoció, nos reímos bastante de las cosas que decíamos. Cuando llegamos al hotel Noah bajó conmigo y me ayudó a llegar a mi habitación. Lo dejé que pasara, era todo un desastre: la valija abierta sobre la cama y las pocas cosas que tenía a mano desparramadas por todo el espacio. Pero ofrecerle un vaso de agua era lo menos que podía hacer por él después de todo lo que había hecho por mí.

- Noah, en serio, muchísimas gracias. No sé qué hubiera hecho si no me hubieras ayudado.

- Fue un placer. Espero que nos podamos volver a ver.

Se hizo un silencio repentino entre los dos y pude notar cómo se ponía incómodo. Noah Manders poniéndose incómodo conmigo... ¿qué estaba pasando? Después de unos segundos, volvió a hablar. 

- Eeeem, bueno.... Si querés.... creo que me gustaría seguir hablando con vos. ¿Te gustaría ir mañana a almorzar conmigo? - Su voz sonaba nerviosa. Pero yo estaba mucho más nerviosa que él. ¿Esto estaba pasando de verdad? ¿Él me había propuesto salir? Sonreí como una tonta cuando dijo eso.

- Claro que me gustaría. - dije tratando de ocultar el nerviosismo. 

- Genial, te paso a buscar mañana -  Dijo mientras abría la puerta de mi habitación. -  Nos vemos entonces.

Cerró la puerta para dirigirse al ascensor. Me costó un poco procesar todo lo que estaba pasando y cuando vi que el ascensor ya había llegado, mi mente hizo clic.

- ¡Noah! - Lo llamé cuando ya se estaba yendo. Corrí hacia él, lo abracé y le susurré en el oído. - Gracias.  

Apareciste como un sueño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora