A la mañana siguiente sonó el despertador marcando las siete. Miré alrededor y me encontré en el sillón acostada junto a Noah, quien me estaba abrazando por la cintura y tenía su cabeza apoyada en mi hombro. Me sorprendí al ver que no habíamos dormido en la cama y que esa posición había sido cómoda para los dos toda la noche. De hecho, me sentía muy bien descansada, como si hubiera dormido muchas más horas de las que realmente dormí y como si hubiera dormido en un lugar muchísimo más cómodo comparado con el lugar en el que realmente había dormido. Por otra parte, incluso con el sonido fuerte del despertador, a Noah no se le movió ni un pelo al escuchar el sonido así que tuve que despertarlo yo misma.
- Noah, despierta. - Le susurré al oído. El abrió sus ojos despacio y miró alrededor. Se veía muy lindo justo al despertarse, con los ojos un poco hinchados y la cara perdida. Después de dar un vistazo alrededor, puso su cara en mi hombro otra vez. Parecía que quería quedarse durmiendo un buen par de horas más.
- Hola hermosa. - Me dijo con una voz de dormido que seguramente es lo más tierno que escuché en toda mi vida. Era suave pero rasposa al mismo tiempo, muy diferente a su voz normal.
- Hola dormilón. - Le dí un pequeño beso - Tenemos que levantarnos.
Me quise levantar del sillón pero él me agarró de la cintura y puso su frente junto con la mía. Me reí y disfruté el contacto: el calor de su cuerpo por la mañana se sentía particularmente especial.
- Cinco minutos más.
- Solo cinco. - Me besó la mejilla y se quedó dormido de vuelta. Yo no pude, solo me quedé mirándolo. De verdad era hermoso, sus facciones eran perfectas. Y me sorprendía verlo tan cerca de mí, tan pegado a mi piel y disfrutando tanto de mi compañía. Me sorprendía que hubiéramos dormido juntos, que hubiéramos pasado tanto tiempo compartido que sintiéramos siempre que ese tiempo nunca era suficiente.
Decidí levantarme y vestirme y recién cuando termine despertarlo, se veía muy cómodo como estaba.
Para las siete y media yo ya estaba cambiada, peinada y ya había desayunado. Noah seguía durmiendo en el sillón. Salté encima de él para que se despierte.
- Ya no tenés más tiempo bello durmiente. - Se sorprendió cuando sintió el peso de mi cuerpo encima de él y cuando se quiso acomodar caímos los dos al piso. No podíamos respirar de lo mucho que nos estábamos riendo. Después de unos segundos pudimos relajarnos, y quedamos tirados en el piso como si este fuera un gran colchón de plumas.
- Definitivamente estás loca.
- Lo sé.
Cuando logré que se levantara, Noah desayunó como si no hubiera comido nunca antes en la vida. Para él fue más fácil todo el proceso de despertarse, porque como estaba vestido no tuvo que cambiarse. Cuando estuvimos listos fuimos hasta el auto y él me alcanzó hasta el instituto. Le dije que eran pocas cuadras y que podía caminar, pero él insistió en llevarme. Me gustaba igual eso, porque me permitía estar un ratito más con él, y cada segundo más con él era un segundo bien aprovechado.
Antes de bajar lo besé y le dije:
- Te voy a extrañar.
Y era verdad, me pasaba que cuando estaba lejos de él, incluso durante unas horas, no podía dejar de extrañarlo.
- Yo mucho más. Nos vemos cuando salgas. Te quiero dar una sorpresa.
Me devolvió el beso, yo bajé del auto. ¿Una sorpresa? La intriga de qué sería esa sorpresa no abandonó mi cabeza en toda la mañana.
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Apareciste como un sueño.
FanfictionBrianna es una chica argentina con un gran sueño: conocer Londres. Su sueño se cumple cuando gana una beca en su instituto y tiene como recompensa un viaje de estudios de tres meses a la ciudad de sus sueños. Allí conoce a Noah, un chico que queda h...