Apareciste como un sueño.

Capítulo Cuarenta y Dos - Prejuicios.

Salí de la habitación con lágrimas en los ojos. Sabía que ella quería ayudarme de algún modo pero estaba acusando a Niall sin sentido ni razones. Y ahora tampoco quería que yo le hablara si estaba con él.

Se dieron cuenta ambos de lo que había pasado porque yo casi estaba gritándole al teléfono y caminé hacia la cocina en silencio, con un nudo en la garganta.

Niall se me acercó y solo me abrazó. Me mantuvo entre sus brazos hasta que me calmé y pude hablar, como cada vez que me veía mal, él solo me protegía.

- Qué te dijo? - Susurró mi papá acercándose.

- Que no le hable mientras esté con Niall.

- Hija, eso no va a pasar, tu mamá lo dice porque está enojada. - Me dijo para tranquilizarme. Niall seguía rodeándome con sus brazos 

- Pero está enojada hace demasiado tiempo, no es como las otras veces.

- Ya se le va a pasar.

Me abrazó y estaba entre ellos dos, ambos me contenían.  No dijimos más nada. Las palabras de mi papá se me quedaron grabadas en la cabeza.

Un rato después mi papá se despidió y me prometió hablar él mismo con mi mamá para hacerla entender las cosas y que cambie de opinión. Quedamos Niall y yo solos sentados abrazándonos sobre el sillón. 

- Nada nos va a separar verdad? - Me susurró mientras me abrazaba con más fuerza. Me tomó por sorpresa.

- Nada. Nunca. No importa lo que nadie piense. - Le dije con confianza.

- Pero qué pasa si tu mamá no quiere hablarte más por mi culpa? Eso no sería nada justo. 

- No es tu culpa, además mi papá tiene razón, en un momento se le va a pasar y va a aceptar la situación. Su problema más grande es que es muy prejuiciosa. 

- Ojalá algún día pueda aceptarme.

- Sé que va a ser así amor, no hay forma de que no pueda aceptarte si no te conoce de verdad. 

Me dí cuenta que tendría que empezar a seguir mis propios consejos, y pensar que realmente mi madre va a aceptar y querer a Niall algún día.