Capítulo Ocho - Hermosura.

1.6K 65 1
                                    

Los siguientes tres días fueron de lo más divertido que había vivido en mi vida. Un día fuimos al cine, otro hicimos un picnic en el parque y otro recorrimos partes de la ciudad que yo no había visitado aún y fuimos a inscribirme al instituto, cosa que no había hecho todavía debido a esa caída a la que le debía todos esos momentos hermosos que estaba pasando.  Todas las salidas eran distintas pero en cada una de ellas nos reímos, nos besamos y nos contamos cosas que sentíamos, pensábamos, soñábamos, cosas que nunca habíamos hablado con nadie.

Poco a poco fui encontrando en él a esa persona que me faltaba, alguien en quien confiar, alguien a quien contarle todo lo que me pasaba. Cada día lograba acercarme un poco más a él y él un poco más a mí. Cada palabra, cada beso, cada abrazo, cada risa nos acercaba, nos ponía en la misma sintonía. Ya había perdido toda la timidez y la incomodidad al estar con él, era como si lo conociera de toda la vida. 

Era el día antes de empezar el curso así que le dije a Noah que viniera a almorzar al hotel. Necesitaba descansar porque me esperaba un día agitado.

Cuando llegó me besó en los labios y luego pasó a sentarse en el gran sillón en mi habitación (sí, ¡mi habitación tenía un gran sillón!) a tocar la guitarra. 

Me senté a su lado, escuchando su voz. Cantaba una canción suave, lenta, como esas acústicas que siempre eran mis favoritas. Era hermosa, y él se veía realmente hermoso en ese momento. 

- Noah, de verdad sos hermoso.

Dejó la guitarra y me miró con su cara de "What is wrong with you?"

- ¿De qué estás hablando?

- De que sos hermoso, mirate, sos una ternura viviente.

- Creo que te estás equivocando de persona. - me dijo de manera juguetona. 

- Claro que no. No sé por qué no lo querés aceptar. Sos hermoso, en serio.

Se acercó a mi, se paró y me tomó de la mano para que me pare, después puso sus brazos alrededor de mi cintura.

- Vos sos hermosa. Sos la chica más hermosa que vi en mi vida.

Ahora era yo la que tenía la expresión de no entender nada.

- Eso no es verdad. - Le dije riendo, haciéndole cosquillas que le provocaban carcajadas.

- Claro que es verdad. Es verdad. Puedo jurarlo por lo que más quiero.

- No te creo.

- ¿Qué tengo que hacer para que me creas?

- Eeeem, tal vez.... Atraparme. - Dije eso y salí corriendo, la habitación del hotel era chiquita pero había el espacio suficiente como para correr.

Noah me siguió corriendo hasta que me alcanzó pero cuando lo hizo los dos caímos de lleno al suelo, riendo como locos. Él estaba al lado mío, pero pasó su brazo para quedar encima de mí, mirándonos.

- ¿Ahora me crees?

- No. Fue trampa.

Se rió y me dio un beso en la mejilla.

- Sos hermosa y nadie me va a hacer cambiar de opinión sobre eso.

Después de decir eso me besó pero fue muy distinto a los besos de antes. Pude sentir que él quería estar conmigo, que él me quería aunque no me lo hubiera dicho aún. Todo era muy rápido pero ya dentro de mí estaban formándose los sentimientos, dentro de mí había algo que estaba empezando a crecer y, con ese beso, pude estar segura de que eso que yo sentía también lo estaba sintiendo él. Era increíble lo que me estaba pasando. Lo que nos estaba pasando. 

Apareciste como un sueño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora