Apareciste como un sueño.

Capítulo Veinte - Pareja secreta.

Al instante Noah me rodeó con sus brazos y yo quedé apoyada contra su pecho. Lo estaba intentando, pero no podía parar de llorar, era algo que simplemente mi cuerpo había decidido hacer.

- No linda, no llores. No te lo mereces. - Me dijo suavemente muy cerca del oído. 

Eso me hizo llorar más. Me abracé más fuerte a él. Siempre me pasa lo mismo, si estoy llorando y me abrazan, lloro mucho más. Después de unos cinco minutos me calmé, pero solo un poco. Al menos podía mirarlo a los ojos. 

- Lo lamento, lo lamento mucho, en serio. -  Dijo él con ojos tristes.

- No tenés por qué. Yo soy la que está causando todo esto. De no ser por mí vos estarías mucho más tranquilo y  no tendrías que pensar en esto. Yo lo lamento. - Volvió a formarse en mi mente la pregunta que mi mente se había hecho antes: ¿hay algo de mí que no quede bien en relación con Noah? No lo entiendo, pero tampoco sé si lo quiero entender. Solo no quiero volverme una carga para él, eso me haría pedazos.  

Me abrazó de repente, de nuevo. Después tomó mi cara con sus manos y me miró directamente a los ojos.

- No quiero que nunca más digas algo así.

- Pero es la verdad...

- No, no lo es. No es tu culpa. Tuve muchísima suerte de encontrarte. No sé qué sería de mí ahora si no te hubiera cruzado en esa calle, en serio, significas muchísimo para mí aunque nos conozcamos hace tan poco tiempo. Sé que no podemos estar juntos en público, pero no importa, tendremos que estar juntos en secreto porque no creo que pueda separarme de vos. Esto no se va a terminar por una regla tonta. 

- Vas a tener que estar encerrado todo el tiempo si querés estar conmigo... No es justo.

- Es justo si lo que consigo es estar con vos. Bri, sos la persona más increíble que conocí en mi vida, me impactó tu forma de ser desde el primer momento en que te vi y si tengo que estar encerrado en una habitación todos los días para poder estar con vos, entonces vale la pena.

Me quedé mirándolo. Las palabras que dijo era las más hermosas que alguien me había dicho en toda mi vida. Jamás me había sentido tan querida, tan importante. Lo besé de repente, pero esta vez fue distinto. Con ese beso le mostré todo lo que sentía, todo lo que él significaba para mí, todo lo que él me había demostrado hablando. 

Se separó de mis labios un minuto y sus labios formaron una sonrisa traviesa.

- Además, va a ser divertido tener una relación en secreto, ¿no?

Reí y volví a besarlo.

- ¿Te parece?

- Claro -  me dijo - Podemos escondernos de la gente, que nadie sepa de nosotros. Sería como en las películas. Tratemos de que se vuelva algo lindo, algo que no sea feo para nosotros sino que sea divertido. ¿Te parece bien?

- Sí - le dije, con una sonrisa. - Sí, me parece bien. 

- Además, - agregó - las personas a las que más quiero, mis amigos, ya te conocen. Eso para mí es suficiente. No necesito que todo el mundo sepa de nosotros, a lo mejor funcionamos mejor de esa manera. A veces la fama es muy difícil. Mejor que no se metan en tu vida.

- Sí, puede ser. 

- Vamos a estar bien. 

- Sí, vamos a estar bien. 

Después Noah empezó a manejar de vuelta al hotel para nuestra primera cena oficial como pareja secreta.