Enséñame A Querer, Kami.

38 15 25
                                    

Paola se sentía muy rara desde que le había enviado ese mensaje a Kami; pero no se sentía segura de hacer pública una relación que estaba comenzando. Además, cabe resaltar, que no había visto ni una vez a Kami, no sabía como era su novio físicamente. Pero tenía claro que la personalidad y actitud de su locutor no serían un decepción porque ya las conocía muy bien.

Volvió a ver su celular por sexta vez, decidiendo si escribirle o no a su, ahora, novio. Lo nervios la estaban matando, no  sabía que decirle. Y es que desde que le respondió había sentido a Kami distinto, como si estuviera dolido.

–¡No puede ser!  –Ya sabía que había pasado y es que en esto del noviazgo ella era nueva, así que tengan más paciencia con ella.

Kami se enojó por haberle dicho que mantuvieran su relación en secreto. Pero ¿por qué? Y es que ella tampoco quería algo secreto, pero pensó que quizá Kami si, sólo que no se animaba a decirle. ¡Ella no era adivina, joder! No podía ir averiguando cómo quería Kami que ella actuara. Pero el noviazgo no va de eso, no se trata de robotizar a una persona para que haga todo lo que uno quiere. Y obviamente, Kami no quería robotizarla.

Respiró profundo, pensó en los pros y contras, reunió valor, se preparó psicologicamente y volvió a respirar profundo, a pensar en las ventajas y desventajas, buscó inspiración, reunió valor y se motivó.

Enojada, arrojó su celular a la cama, para después dejarse caer en la misma. Se sentía perdida, ¿cómo se le pide perdón a un novio? ¿Qué debía decir? ¿No bastaría con un "perdón"?

¡Llevaban un día de novios, maldición! Pero no, a Kami sólo se le ocurrió demostrar su molestia con mensajes cortos y fríos. Como si ella fuera a adivinar que tiene.

Se sentó en su cama y decidió preguntarle a Katy que debía hacer ahora, ella era la que más sabía de noviazgos y esas cosas del perdón. Montserrat no, ella ahora estaba en la etapa de duelo, Bryan se había ido y hasta ahora Montse se dio cuenta de lo importante que era Bryan para ella.

Buscó su celular de nuevo y marcó.

–¡Hola, bomboncito! ¿Cómo estás, nena? –Las risitas de Katy no se hicieron esperar, y es que a Katy siempre la verías riendo, con una sonrisa en el rostro, pero eso la preocupaba a ella y a Montserrat pues nunca sabían cual era el verdadero estado de ánimo de Katy.

Despabiló y conversó poco con Katy, decidiendo como abordar el tema que era de importancia total en su vida.

–Katy, necesito preguntarte algo pero no puedes reírte.

–¡Oh vamos, cari! Tu sabes que no puedo estar seria, es una maldición. –Después de decir eso Pao pudo escuchar como se le escapaba otra risita. –Puedes decirme cualquier cosa, cari. Sabes que te tomaré en serio y que haré lo que pueda hacer para ayudarte.

Paola sonrió al escuchar uno de los tantos apodos que Katy le decía a las personas más cercanas a ella. Cari, para Katy era la abreviatura de cariño. Si no era cari, sería bebé. Katy era muy cariñosa nada que ver con Montse, quien era distante y fría con las personas, incluso con ellas costó mucho que Montserrat fuera un poco más cariñosa.

–Yo... Tengo novio.

Al terminar de decirlo, Paola cerró los ojos y esperó la reacción de su amiga.

–¡No puede ser! ¡Tienes novio! –Se escuchó otra risita de Katy, un suspiro y luego silencio. –Lo vi todo. Vi la pregunta y esperé la respuesta de Lagann como toda fangirl. Pero imagino que algo pasó y por eso me estás diciendo esto.

Por primera vez Pao pudo escuchar a su amiga hablando con seriedad.

–Le dije que no quería nada público y que lo mejor era tener esto en secreto. ¡Pero yo no sabía que él quería algo público!

–Cari, si no sabías que era lo que él quería ¿no hubiera sido mejor preguntarle antes de decidir por ambos? –Paola se quedó en blanco y es que era lógico, ella no podía adivinar pero pudo haber preguntado. –No empieces a culpar a nadie, Pao, eres nueva en esto y es normal actuar de una manera pensando que está bien. Sólo debes reconocer tus errores y pedir perdón si tus acciones lastiman a alguien.

–Pero es que no sé cómo disculparme, ni siquiera sé si él está enojado por eso. Estoy adivinando.

–Pues ve y preguntale.

Paola respiró profundo y al colgar la llamada, después de despedirse volvió a los mensajes y sin pensar tanto, Pao escribió un mensaje que se llevaría una parte de su corazón.

Pao: No sé qué está pasando, pero no me gusta sentir que estás lejos de mí. Pensé que querías que lo nuestro fuera un secreto, no sé nada de noviazgos pero quiero aprender contigo, quiero que me enseñes a querer. No quiero más distancias.

Aquellos díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora