MAIA HABBAK. "Saga Mi Pecado"

Dudas

Capítulo 8

MAIA HABBAK.

Sigo trabajando en mi oficina, reviso algunos correos, me pongo al día con el trabajo.

Amelia entra a Mi oficina con su magnífica sonrisa…

- ¡Am! – le digo al verla.

- ¡Dios te extrañe tanto¡ - me dice sentándose frente a mi.

- Lo se, ¿Cuéntame cómo ha estado todo? – le pregunto.

- Bueno tu esposo es un ogro en potencia cuando se trata del trabajo, Adel es experto en sacarlo de quicio y pues a mi me tocaba calmar las aguas.. – me dice poniendo los ojos en blanco, haciéndome reír.

- No es fácil – le digo.

- No lo es, ok aquí tienes todo lo que he estudiado y todos los gráficos, de verdad me gustaría que les dieras un vistazo, esto que está acá – me señala una carpeta verde – Es el proyecto que se presentó hoy. – Le asiento.

- Am, una pregunta ¿Qué sabes de Patrick Hansen? – le pregunto.

- Se lo básico es estadounidense, es el vicepresidente de la Empresa Luminet, es mujeriego pero hasta allí, ¿Por qué?

- Bueno, porque parecía que quería provocar a Zeit  hoy en la reunión.

- Las veces que hable con el, me preguntaba por ti, no por Zeit. – me dice.

- ¿preguntaba por mi? – le pregunto.

- ¡Si! Y mucho.. – me dice hundiendo sus hombros.  – así que imagino que cuando te vio en dicha reunión debió  llevarse una sorpresa. – me dice.

- No dejaba de verme, realmente fue incómodo. – le digo abriendo la carpeta para empezar con mi trabajo.

- Me imagino la cara de pocos amigos de Zeit – me dice riendo.

- Quería matarlo, y creo que aún quiere hacerlo – le digo riendo.

- Tu árabe te ama con el alma, sólo es un cabeza dura… - me dice riendo.

- ¿y tú árabe? – le pregunto con una sonrisa de oreja a oreja.

- Mi árabe es un niño al cual su mamá no le enseñó a comportarse – me dice guiñándome  un ojo.

- Te ama… - le digo viéndola abrir la puerta.

- Lo se.. – me dice y sale de mi oficina.

Sigo en mi trabajo un rato más, cuando el teléfono de mi oficina suena, tomó la llamada.

- ¿Am? -Contestó.

- Tienes una llamada del enemigo de Zeit – me dice Amelia, haciéndome reír.

- Pásala – le digo algo curiosa.

Espero al teléfono, su voz resuena en mis oídos.

- Buenas tardes, Maia… - me dice.

- Buenas tardes Señor Patrick, ¿en qué puedo ayudarlo? – le pregunto.

- En mucho en realidad, pero comencemos con el trabajo, ¿revisaste la propuesta? – me pregunta.

- Estoy en ello, lo que he visto es realmente Bueno, pero aún así haré mis estudios…  - le digo.

- No esperaba menos de ti, Maia..  – dice mi nombre con suavidad.

- Buenos, lo dejó señor Patrick, tengo mucho trabajo que hacer… - le digo.

- Por favor Maia, no me digas señor tengo la misma edad de tu esposo.