La amenaza

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Capítulo 18

Maia Habbak.

Estoy en mi oficina revisando unos documentos, Am entra a mi oficina con una sonrisa que ilumina.

- Señora Mohamed, usted está muy feliz hoy ─le digo al verla.

- Bueno… el sexo pervertido hace eso. ─Me dice haciéndome reír, no es secreto para nadie como es su relación con Adel.

- Ya no queda nada de la inocente Amelia ─le digo haciéndola reír.

- Soy más feliz así, a parte que hay otras cosas que llenan mucho más,  ahora bien… ¿Mellizos? ─Me dice feliz.

- Si mellizos.. ─Le digo sonriendo y acariciando mi aún plano vientre. 

- Adel preparo anoche miles de maneras de atormentar a Zeit. ─Me dice haciéndome reír. – Sobre todo por el hecho de que el quiere niñas… me dijo anoche; ¿Te imaginas a Zeit de suegro de alguien? ─Las dos estallamos en carcajadas.

Mi esposo, el celoso controlador del universo, el señor omnipotente, amo de todo lo que le rodea, papá de dos niñas y en un futuro suegro.

- Y te imaginas que le salgan dos brujitas… - me dice Amelia para hacerme llorar de la risa. 

La puerta de mi oficina a abre de golpe, entrando un Zeit histérico.

- ¡Yo no seré suegro de nadie!! ─Nos dice dejándonos sorprendidas para luego estallar en risas… - No se rían, es en serio.

Se acerca a mi y mueve mi silla para arrodillarse y hablarle a mi vientre.

- Mis princesas, mis amores… cuando nazcan se irán a un convento, papi las ama mucho – dice haciendo que yo lo golpee en la cabeza 

- Mis hijas Zeit Habbak, en caso de que sean niñas, no irán a ningún convento… deja de ser tan celoso y controlador.

Escuchamos como Adel se ríe…

- Cielo, deberíamos ponernos a hacer un bebe, te imaginas que sea un varón y sea el novio de una de las niñas Habbak o mejor aún que las dos se peleen por nuestro hijo. -Dice Adel haciendo que Zeit se tense.

- ¡Ahora si lo mate! – dice Zeit en un susurro.

- No me lo mates, sino mi hijo quedará huérfano. ─Dice Amelia levantándose de su silla y todo volteamos a verla.

Adel observa a Amelia sorprendido y todos nos percatamos que Am tiene su mano situada en su vientre.

- Am… ¿hay algo que quieras decirme? – le pregunta Adel confundido. 

- Bueno, no es… bueno.. mm, no es seguro cielo, no me he hecho ninguna prueba, pero tengo un importante retraso ─le dice Amelia.

Zeit y yo observamos la escena con emoción…

- ¿Un retraso de cuanto? ─le pregunta Adel.

- De un mes y medio ─dice Amelia algo apenada.

Adel  se acerca a ella y acaricia su rostro con dulzura.

- ¿Por qué no me habías dicho nada? – le pregunta el.

- Por miedo, la verdad no lo se. – le dice ella.

- Te imaginas que sea niña y mis bebés sean dos varones y enamoren a tu hija –dice Zeit haciendo que Adel voltee  a verlo hecho una furia.

- Tu y yo no seremos más amigos… - le dice Adel haciendo que todos nos riamos. –Vamos para que la doctora y si seremos papás, nos mudaremos lejos de Dubái y lejos de el y de sus hijos… - le diga Adel a Amelia llevándosela de la oficina.

Zeit y yo nos reímos pero el corta de tajo su risa al recordar algo, Fundó el ceño.

- ¿Qué sucede? –Le pregunto al verlo.

- ¿Adel de papá? ¿Te lo imaginas? – me pregunta.

- Será muy divertido de ver. –Le digo con una inmensa sonrisa.

- Se que Será el mejor papá del mundo – me dice.

- Al igual que tu amor, serás el mejor papá del mundo para nuestro hijos.
Tomó su mano y la llevo a mi  vientre, el sonríe de oreja a oreja…

- ¡Más les vale que sean niños! – Dice haciéndome reír a carcajadas.

El sonido del teléfono de mi oficina nos interrumpe, lo tomó sin soltarme de su agarre.

- ¿Estefa?

- Señora Habbak, el presidente de Luminet está acá quiere una cita con el Señor Zeit. – me dice.

- Ya Te lo comunicó. – le entregó el teléfono a Zeit que me entrecierra los ojos.

El lo toma y contesta, acepta reunirse con el presidente y me sonríe.

- ¿Qué quiere el Señor Taylor?  - le preguntó

- No lo se, pero creo que es momento de hablar sobre Patrick con el, No me importa disolver el contrato no lo quiero cerca de ti.  –Me dice muy decidido.

- Te costará mucho dinero – le digo acercándome a el.

- El dinero no es la prioridad en este momento. -Acuna mi rostro en sus manos y me besa dulcemente. – Mi prioridad eres tú y nuestros bebés, Así  que me voy a la reunión ¡Te amo! Pórtate bien y cuídate.

- Así será Señor Habbak.  – le digo guiñándole un ojo.

Lo veo salir de mi oficina imponente como siempre, me siento en mi escritorio y sigo con mi trabajo pero se ve interrumpido por un pequeño antojo de helado, Así que tomó mi bolsa luego de un rato, le pido a Estefa que le avise a Arcan que saldremos y que en cuanto Zeit se desocupe le avise que salí por un helado.

Bajo al sótano para encontrarme con Arcan y cinco hombres más de seguridad, ruedo los ojos al verlos pero sigo mi camino, no ganare nada, subo a la camioneta con ayuda de Arcan.

Salimos a una heladería cercana, me bajo con Arcan y pido mi helado de mantecado, me siento en una de las mesas a comer tranquilamente mi helado, Arcan se disculpa un momento para atender una llamada, una mujer toda cubierta se acerca a mi.

- Sabes, nunca en mi vida odie a alguien tanto como lo hago contigo. – levanto mi rostro para encontrarme con Latifa, pongo mis ojos en blanco.

- Hay que eres bien fastidiosa. – le digo con asco.

Me levanto de mi asiento con mi helado en mano y trato de salir de la heladería pero ella me lo impide.

- Mira lo que me hizo Kalim, me golpeó por tu culpa, no puedo ver a mis hijos – me reclama con rabia.

- Eso no fue mi culpa, Eso te lo buscaste tu, por estar detrás de mi esposo.  – le digo moviéndola aún lado.

Arcan entra a la heladería, y se percata de su presencia, se interpone entre nosotras, el resto de la seguridad entra para buscarme.

Salgo de allí escoltada, y me suben a la camioneta, se que ya Zeit debe de estar al tanto del acercamiento que tuve con Latifa, se muy bien que ya debe de andar hecho una furia y ardiendo en llamas en la oficina.

Respiro profundo y llevo la mano a mi vientre lo acarició con sutileza, no permitiré que nada malo les pase…
Llegamos nuevamente a la torre Habbak y en cuanto llegamos a la cima de la torre los gritos de Zeit resuenan en el lobby, Estefa frunce su ceño.

- Ogro en potencia. – Dice al verme.

Entró a su oficina y lo escucho gritar por el teléfono, me observa de pies a Cabeza y sigue gritando en árabe, tranca la llamada y se me queda mirándo.

- Estoy cansado de esta mierda, te juro que si se acercan nuevamente a ti, los mato.

MAIA HABBAK. "Saga Mi Pecado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora