Las brujas de Zeit.

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Maia Habbak.

Me despierto tranquilamente y al abrir mis ojos nuestra habitación está llena de luz gracias al sol, me desperezo un poco y salgo de la cama, como todas las mañana lo primero que hago es salir al balcón y ver la playa.

Me acerco a la baranda respiro profundo y unas risas me hacen ver hacia el jardín, sonrió de oreja a oreja al ver semejante escena.

Zeit sentado en una pequeña silla, con una taza de te en sus manos y dos pequeñas de cinco años ríen al verlo levantar su meñique para tomar el te con ellas, me río al verlo Imagínense un hombre de 1.90 corpulento sentando en una mini silla.

Mila y Mia son dos señoritas muy demandantes, las cuales hacen con su padre lo que quieren, lo manipulan a su antojo

Mila es una niña de carácter fuerte, muy fuerte se hace sentir y hace valer su opinión.

Mía es una niña dulce, inocente y extremadamente cariñosa.

Entró nuevamente a nuestra habitación me aseo rápidamente, para bajar a ver mis amores.

Nuestra casa se ha vuelto un pequeño castillo de magia, mis niñas se han apoderado de cada rincón de nuestro hogar y eso a nosotros nos hace inmensamente felices.

Todo en nuestra vida desde que ellas llegaron ha estado lleno de felicidad, Patrick fue detenido, Nessa se ha desaparecido para siempre y Latifa vive en Líbano por el bien de sus hijos.

Mi  esposo bueno, que les puedo decir de ese hombre que me robado el corazón, el alma y la razón.

Los años en el hacen que sencillamente se vuelva mucho más bello de lo que ya es…

Salgo al jardín para escuchar la conversación Mis hijas entablan con su padre.

-Baba, Queremos ir a comer helado. – Dice Mila en un perfecto árabe.

-Si, por favor Baba – suplica Mia, aún sabiendo que no le hace falta ya que su papi sonríe de oreja a oreja.

-Es algo temprano para eso ¿No lo creen? Pero podemos comer un poco del que Mami compro.– le dice Zeit con una dulce sonrisa.

-No lo creo… queremos ir a la Heladeria. - exige Mila, el carácter de mi hija ha salido a relucir.

-Mami aún no despierta… esperémosla – dice Mía.

Me acerco a ellos y los tres sonríen al verme, Mila y Mia corren a abrazarme, me bajo a su altura para comérmelas a besos, ambas ríe y me abrazan con mas fuerza.

Jamás pensé amar tanto a dos pequeñas… que se parecen tanto a mi.

-Buenos días mis amores… ¿cómo amenacen hoy?

-¡Buenos días Mami! – dicen al unísono.

-¿Cómo es eso de que quieren helado tan temprano?

-Mami, por favor… - me suplica Mila haciendo un pequeño puchero, sabe muy bien que conmigo no la tiene fácil.

-Me parece que es muy temprano, luego de almuerzo iremos lo prometo.

Mila voltea a ver a Zeit, y le hace un puchero, el suspira exasperado.

-Mila no juegues sucio, hagamos lo que dice Mami ¿Si? – Mía sonríe feliz pero Mila no está muy convencida.

-Esta bien. – refunfulla.

-Señora Habbak, no piensa darme los buenos días. – Dice mi bello esposo levantándose de la silla para deslumbrarme con su cuerpo.

Las niñas hacen cara de asco y se alejan para jugar…

El me abraza, cubriendo mi cuerpo con el suyo, y me besa con extremada pasión, como tanto me gusta, nos separamos luego de un rato.

-Um, me encanta como me das los buenos días. – le digo sonriendo.

-A mi fascina lo que haces conmigo, lo que me hiciste anoche fue alucinante. – Dice haciendo que me sonroje.

-Yo lo disfrute mucho, ahora bien me parece que te estás dejando manipular mucho por esas pequeñas… 

-¿Qué puedo hacer? son un par de brujas iguales a su madre.

-Y tú eres nuestro idiota. – le digo haciéndolo reír, el baja su mano para acariciar mi vientre.

-¿cómo esta está el pequeño Zeit? – dice sonriendo feliz.

-Bien, algo intranquilo tenemos hambre..

-Yo tengo hambre de ti. – lo golpeó en el hombro haciendo que ría. – ¡Niñas! Vamos es hora de desayunar…

Las escuchamos correr emocionada hacia nosotros, Mia toma mi mano y Mila la de Zeit.

Entramos a casa Esperanza nos sirve el desayuno como de costumbre y se sienta con nosotros para comer y reír con las ocurrencias de las pequeñas.

-¡Mami! ¿Podremos ir a jugar hoy con Abraham? – me pregunta Mia, haciendo que Zeit levanté su mirada y la observe entrecerrando sus ojos.

Mi esposo adora a nuestras hijas, se deja manipular por ellas pero es sobreprotector con ellas Como jamás lo imaginarán.

-¡Claro princesa! Llamaré a Tía Amelia para decirle.

-Gracias Mami. – Mía aplaude feliz , mientras Zeit me observa con el ceño fruncido y Mila discute con Esperanza sobre su helado.

-¿Qué? – le pregunto a mi esposo cuando Mía se pone a hablar con Mila y esperanza por el helado.

-¿Por qué Mía quiere estar tanto con Abraham? – me pregunta con el ceño fruncido.

-Bueno, podría ser porque le gusta y está pensando en casarse con el. – le digo haciendo que escupa su jugo de naranja y se ponga rojo, yo me río a carcajadas mientras una Esperanza y mis hijas lo observan sorprendidas.

-Baba, ¿Qué paso? – pregunta Mila.

-Seguro no mastico despacio como dice Mami. – Dice Mia, viendo a Zeit limpiarse.

Calmo un poco mi risa para encararlo está hecho una furia y yo solo puedo reírme es su cara.

-Zeit son dos niños de cinco años a los cuales le gusta jugar juntos, deja tus celos neuróticos. 

-¿Qué deje mis celos neurótico? – me susurra por lo bajó para que las niñas no escuchen. – Adel quiere por maldad que una de mis hijas se enamore de Abraham y Alyssa está haciendo hasta lo imposible por que Alex un niño de 10 años se enamore de mi pequeña Mila y tu me dices que deje los celos neuróticos.

-Nuestras hijas crecerán, Se enamoraran y harán su vida, así como Zeit lo hará… así que deja tus celos. – las niñas voltean a vernos sorprendidas.

-Mami que asco. – Dice Mila y Mia hace una mueca

-Dentro de unos años no dirán lo mismo.

-¡Mami! – chilla Mia haciéndome reír.

-Bueno está Bien, vamos a que se den una ducha, papi tiene que trabajar y yo hoy las llevaré a ustedes a su colegio para luego ir por helado y visitar a Tia Amelia. – las escucho chillar de felicidad y salir corriendo por toda la casa.

Veo a Zeit sonreír de felicidad al ver a nuestras hijas correr por toda la casa.

-¿Pensaste alguna vez que un par de brujas te harían tan feliz? – le pregunto haciendo que voltee voltea a verme. 

-¿Un par? ¡Sera un trío! – toma mi mano y la besa con dulzura. – Gracias por darme un hogar, gracias por mis hijas y por este pequeño que llegará para ayudarme a espantar a cualquier hombre que se acerque a sus hermanas. – me río al escucharlo.

-Gracias a ti amor, por siempre cuidarme protegerme y sobre todo enseñarme que el amor existe y está en tus ojos.

Lo beso con cariño en su mejilla y me levanto para ir a darles un baño a mis pequeñas brujas.

MAIA HABBAK. "Saga Mi Pecado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora