Capítulo 15.
MAIA HABBAK.
Estaba comiendo con Amelia, cuando empecé a sentirme mal, estuve más de diez minutos en el baño vomitando absolutamente todo, y ni siquiera había logrado terminar de comer.
Una idea se cruzó por mi mente, y salí de allí con Amelia directo a una farmacia, Estaba nerviosa en todo el camino a casa, mis manos temblaban, la prueba de embarazo estaba en mis piernas, verme pasar por lo mismo fue una imagen que se reproducía en mi cabeza una y otra vez, pero debía ser valiente, debía ser fuerte.
Al llegar a casa me encerré en el baño de visitas con Amelia, quien no me desamparo en ningún momento. Las dos nos quedamos viendo la prueba durante minutos que parecían eternos, nada en esta vida es al azar, si las cosas tienen que pasar pasarán..
Y en cuestión de segundo un inmenso positivo apareció en la pequeña barra, sentí y siento una felicidad enorme.
Se que de alguna forma Mi Ángel Zahir, tiene que ver con esto, Así que me abrazo a Amelia quien me repite una y otra vez que todo saldrá bien, que todo estará perfecto.
Y apesar del miedo que muy en el fondo siento, se y creo que será así, todo estará bien y todo estará perfecto.
Seco mis lágrimas de felicidad y sonrió, es hora de que hable con Zeit, es hora de hacerle ver que la vida continúa y que tenemos que salir a delante.
Me encuentro frente a Zeit, acaba de ver la fotografía, acabo de decirle que estamos nuevamente embarazados, sus ojos están llenos de lágrimas, baja su mirada para no verme.
- ¿Zeit? –Lo llamo para que me mire.
- ¿vamos a ser padres? – Me pregunta conmocionado.
- Si amor, seremos padres otra vez – le digo.
El levanta su mirada y acaricia levemente mi vientre.
- Juro estar listo para ustedes dos – me dice haciéndome sonreír. – lo haremos juntos, como siempre amor, jamás te dejare sola, Te amo Maia, Te amo con todas mis fuerzas, eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
- Lo se, soy una belleza – le digo secando sus lágrimas viéndolo reír.
- ¡Bruja! – me dice dejando un beso en mi mejilla, mientras con sus manos acaricia mi vientre. – mañana iremos al médico – me ordena.
- Como usted diga Señor Zeit. – le digo.
- Ahora bien Cuéntame que pasó en el Marriot. – me pregunta tomándome en sus manos para que me siente en sus piernas, sus manos nunca se despegan de mi vientre.
- Bueno enfrente a un par de lagartonas, que necesitaban ser ubicadas. –le digo restándole importancia al asunto – lo mejor de todo es que estaban sus queridos esposos allí y presenciaron todo.- lo veo levantar sus cejas sorprendido.
- Latifa debe de estarla pasando muy mal en este instante. – me dice tranquilamente.
- ¿Por qué? – le pregunto curiosa.
- Su esposo se rige mucho por las costumbres y lo que ella ha hecho es una ofensa. – me dice el poniéndome un poco pensativa.
- Creo que entonces hice mal.
- No, no lo hiciste, ella se merece eso y más amor, ella se a encargado de molestarnos.
- ¿Y el esposo de Nessa? – le pregunto.
- Es un hombre mayor, algo taciturno con un carácter algo fuerte, la verdad no se como actuaría, y con respecto a Patrick de el me encargaré yo, tu a partir de hora sólo te encargaras de estar relajada y tranquila yo me encargaré de cuidarlas.
- ¿cuidarlas? – le pregunto confundía.
- Algo me dice que será niña, ella será mi delirio y quien me de dolores de cabeza con su belleza. – me dice mi bello esposo haciendo que me ría a carcajadas.
- ¡Estas loco! – le digo riendo.
- Loco de amor por ti – me dice acariciando con cariño mi mejilla.
Pasamos el resto del día sentados hablando, el empeñado en acariciar mi vientre, en llenarme de mimos y de amor y yo por supuesto dejándome mimar.
Subimos a nuestra habitación, Zeit decide darse unas ducha y yo aprovecho para ir a la habitación de Zahir, me quedo un rato viendo toda la habitación, me acerco a la pared y tomó el nombre de mi ángel en mis manos.
- Mi niño, no porque venga un hermanito nos olvidaremos de ti, siempre estarás en mi corazón, siempre – suspiro fuerte y observó toda la habitación.
Retrase mucho esto, me negué mucho en guardar todas sus cosas y creo que me dolerá un mundo el hacerlo pero es hora de seguir adelante, es hora de ver hacia el futuro.
Las puerta de la habitación se abre, Zeit entra está sólo con un pantalón de chandal y con su abdomen completamente desnudo, dejándome ver sus perfecto torso, sus magníficos abdominales, sus cicatrices, y ese tatuaje que me enciende de maneras increíbles que ahora llega hasta su muñeca.
- ¿Algo que te guste? – me pregunta sonriéndome.
- Mmm pues todo lo que tienes me gusta - le digo y el se ríe con picardía.
- Es bueno saberlo, aún con mi edad te gustó.
- Gracias a tu edad me gustas, estos años te han sentado de maravilla, eres todo un Adonis.
- ¡Tu Adonis! – me dice sentándose a mi lado, y dándome un beso en mi hombro.
Toma el nombre de Zahir y suspira.
- Es hora de avanzar – me dice acariciando el nombre.
- Lo es – le afirmó.
- Empecemos, ¿Te ayudo? – suspira pesadamente y asiento.
Levanta el cofre de madera blanca y lo sube a la cama y empezamos a guardas algunas cosas que era de mi pequeño ángel.
Zeit toma el nombre y decide no guardarlo en el cofre, Llevamos el cofre a nuestra habitación y lo colocamos en nuestro vestier.
- ¿Qué harás con el nombre? – le pregunto.
- Lo pondré en un lugar especial – me dice saliendo de nuestra habitación, salgo detrás de el.
Lo veo bajar hasta la planta baja e ir a su oficina, mira el nombre en sus manos, suspira y lo coloca en la pared que tiene frente a su escritorio.
- Siempre estas conmigo – dice viendo el nombre en la pared.
- Siempre estará – le digo abrazándolo por la espalda.
- Esa será la pared de nuestros hijos. – me dice viéndola. – estará llena de ellos y tu pequeña traviesa más te vale que no me des dolores de cabeza – le dice a mi vientre.
- Y sigue el señor… - le digo poniendo mis ojos en blanco.
- Ya verás, ya verás… - me dice riendo en mi cuello. – ustedes dos serán mis mas grande tesoro.
- Y tu el nuestro. – le digo buscando sus labios para besarlo.
ESTÁS LEYENDO
MAIA HABBAK. "Saga Mi Pecado"
RomanceHan pasado exactamente cinco años, cinco años en los cuales tanto Maia como Zeit han reído, soñado y hasta llorado, llorado por pérdidas, pérdidas la cuales han dejado cicatrices en su relación, la distancia, las tristezas, la ausencia. quiere hacer...