Mi primer destino es Chiapas, me albergo en un elegante hotel sobre la 5 de mayo en San Cristóbal de las Casas, el pueblo mágico que se distingue por su diseño colonial y su catedral amarilla de San Cristóbal. Con el dinero que tengo puedo permitirme pagar por un cuarto de hotel temporal, los empleados creen que soy un niño rico que viene a malgastar el dinero de sus padres, pero están lejos de reconocerme. Antes de llegar aquí di una vuelta por el Fashion Mall en Chiapas para conseguir ropa nueva y meter todo en maletas, al principio recibí miradas desaprobadoras por mi apariencia, al menos ayudó a que no me reconocieran. El hotel es bastante amplio y cuenta con varias amenidades, con un jardín con flores rojas, blancas, rosas y moradas, espacios al aire libre completamente acogedores, un pequeño paraíso en tierra. Y así comienza mi cruzada por encontrarme a mí mismo.
El hotel cuenta con un gimnasio interior que utilizo todas las mañanas temprano, no quiero que mucha gente me vea, arriesgarme a ser reconocido. Luego paso a correr al exterior, sólo doy una vuelta al hotel, me desvío una calle más abajo en donde me detengo todas las mañanas por un café en un negocio pequeño, donde una muy agradable chica me atiende siempre de buen humor. El resto del día lo dedicaba a la lectura de apoyo o misticismo, meditaba y miraba cómo mi caso avanzaba por la televisión, ya había pasado un mes y seguía siendo tendencia. Mi madre cumplió con su promesa de no contarle a nadie, la duda quedaba en el rostro de todos.
¿Qué había sido de Aristóteles Córcega?
Me escribía cartas con mi madre, eran más seguras que las llamadas, supe que se iniciaron investigaciones formales por mi desaparición, llamaron a Temo a declarar, no había pensado en esta parte, en la que las cosas se ponen más feas, cuando la policía entra en escena y comienza a buscar respuestas. Sé que aun así no podrían encontrarme, he sido muy cuidadoso con no dejar rastro, nadie aquí me conoce, el gerente del hotel creo que tiene una vaga idea de quién pudiera ser pero hasta ahora no me ha hecho ninguna insinuación, sabe también que estoy escondiéndome, le di una generosa propina por algunos servicios extras, como evadir algunas tramites de identidad, que la mucama no pudiera entrar sin que estuviera yo presente, no creo que se arriesgue a perder la suma de dinero que le doy extra a cambio de un nombre en el periódico. Existía otra manera de descubrirme, que mi madre me delatara pero contra toda presión por parte de los medios y la policía nunca se quebró, mantuvo mi secreto dentro de sus labios sellados, pero podía ver a través de la televisión su rostro apagado, la pena por haber perdido a su hijo, el dolor de no saber dónde estaba y la incertidumbre de si me volvería a ver.
Pensé en Arqui, mi hermanito, extrañaba jugar con él, sus manos pequeñas rodeando mi cuello mientras saltaba pensando que jugábamos a la Lucha Libre, le encantaba "La Parka", hacia ese baile característico del luchador para él, su risa llenaba de alegría mi corazón. Hubo un tiempo en que pensé que enseñaría a Arqui a ser valiente, que sin importar lo que los demás pensaran, debía luchar por sus sueños y superar las etiquetas de la gente, pero desde mi ruptura me alejé de mi madre y él por igual, quería estar solo.
Antes de mi último concierto tuve una video llamada con ellos, Arqui, con su delgada voz me dedicó unas palabras de suerte antes de salir, en ese momento juré que volvería a casa para tenerlos cerca a ambos pero no pude hacerlo, salí y lo eché todo a perder. En ocasiones mi madre adjuntaba algunas fotografías en sus cartas, así podía ver como mi hermano iba creciendo, la interrogante se hacía más grande a cada centímetro que le sumaba el tiempo, ¿me olvidaría?
Circularon supuestas fotos mías donde me identificaban en CDMX, Oaxaca, Cancún, Toluca. La policía había entrado en escena, todos estaban empeñados en encontrarme. Aquello me puso muy molesto, en este mundo nuevo nadie podía descansar, todo el mundo estaba más preocupado por las teorías de mi desaparición que el motivo.
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La Promesa
FanfictionLa historia de Cuauhtémoc López y su novio, Aristóteles Córcega, terminó en Huautulco, cuando Aristóteles cerró con un beso la decisión de seguir a Cuauhtémoc hasta la Ciudad de México. ¿Pero qué pasó después? ¿Qué sigue en la historia de ARISTEMO...