Una Noticia...

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Cuando Serena salió del hotel se dio cuenta de algo... no sabía cómo llegar nuevamente al internado.

-Diablos. – dijo cuando llegó a la calle. – En qué momento no se me ocurrió pedirle el número a Haruka!... ¿Qué Hago? Mmmm ya sé, pediré un taxi en la recepción, tal vez tenga buena suerte y sea Haruka quien venga por mí.

Entró nuevamente al hotel y cuando se acercó a la recepción, vio a un hombre de mediana edad, bien vestido, sin duda los italianos eran muy atractivos, pensó.

-Disculpe ¿podría pedirme un taxi?

- ¿taxi?

- Si, un taxi por favor.

- Concedimi.

El Recepcionista hizo una llamada. Claramente Serena no entendía todo lo que decía, pero suponía que estaba solicitando el taxi. Momentos después colgó.

-Signorina, aspetta un momento e poi vengono per te. (señorita, espere un momento enseguida vienen por usted). – dijo muy amable el recepcionista.

- Si, Gracias. – hizo un ademán con un cabeza y se dio la vuelta para ir a sentarse a una de las sillas que había en dicho lugar, intentando interpretar lo que le había dicho el hombre.

Minutos más tarde, por la puerta del hotel pudo ver un taxi que llegaba.

-Signorina, quello è il tuo taxi (señorita ese es su taxi). – y el hombre hizo un ademán hacía el vehículo que estaba parado afuera del hotel, indicándole a Serena que debía irse.

-Oh si! Muchas gracias... como se dice "grazie". – caminó a paso seguro y se subió al taxi.

- Hola.... Mmm podría llevarme por favor al internado para jóvenes Leonardo Da vinci.

-Hola Preciosa... ¿Por qué vas de nuevo a ese lugar?

Su cara era un poema. – ¿Haruka?

-Así es! Pero no ha respondido mi pregunta principessa. – dijo Haruka mirándola desde el retrovisor.

-Verás...- colocó un dedo en su mentón pensando. - Pues recibí un mensaje de Seiya y me dijo que me ama, que todo fue un mal entendido, así que tengo que decirle lo de nuestro bebé, por eso me urge llegar. Por favor llévame otra vez ahí ¿sí?

- ¿Crees que sea cierto?

- ¡Claro que es cierto! ¡Anda Llévame!

-Está bien. Te volviste muy mandona en estos minutos que te dejé sola. – hizo una mueca y encendió el vehículo.

- jajaja No es que sea mandona, sólo que me muero por ver a Seiya y contarle la noticia. Gracias al cielo fuiste tú quien vino por mí. No sé qué hubiere hecho si hubiera llegado otro taxista.

-Ya sé que me extrañas.

-Claro que no lo digo por eso, si no, porque tú si me hablas en español.

-Si claro, pero me extrañaste.

-Cállate, claro que no. Anda conduce y llévame a ver al amor de mi vida. – dijo Serena haciendo un ademán para que continuara.

Haruka sólo sonrió y siguió conduciendo. Esa joven era además de hermosa muy simpática.

Estando a una cuadra del internado Haruka volvió a preguntar.

- ¿Estás segura de lo que haces?

- Más que nunca.

- Está bien. Bueno, hemos llegado. – dijo estacionando el vehículo. – Por cierto ¿cómo piensas verlo?

Amigos noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora