Ahora todo está bien...

367 60 22
                                    

A las 03:00 de la mañana sonó el celular de Serena.

-¿Seiya? – dijo en un murmullo. Ya estaba lisa.

-Bombón... sal en silencio ya estoy afuera de tu casa. – respondió también en un murmullo.

-Sí, te veo abajo. – colgó y miró por última vez su habitación, quien sabe cuándo regresaría. Tomó su mochila y salió con el más grande sigilo de su recamara. Bajó las escaleras despacio y se dirigió a la puerta. Al cerrar la puerta desde afuera vio a Seiya.

-Bien, ya estoy aquí, vámonos. – tomó su mano y caminaron por la sola y oscura calle.

Más delante tomaron un taxi que los condujo a la centrar de autobuses.

-¿A dónde iremos mi amor? – preguntó Serena.

-Eso aún no lo sé... veamos qué salida es la próxima. – se acercaron al tablero de salidas y vieron que la partida más próxima era a Osaka. – Ven, ya sé a dónde iremos. – La sujetó nuevamente de la mano y se dirigieron a la taquilla a comprar sus boletos.

Una vez que compraron los boletos, salieron a los andenes y subieron al autobús. El camino fue largo, viajaron por seis horas y media. A las cuatro horas de viaje sus teléfonos comenzaron a sonar sin parar, por lo que decidieron apagarlos. Sus padres ya se habían dado cuenta de su ausencia y estaban buscándolos. Cuando llegaron a la central de Osaka, bajaron del autobús y tomaron un taxi. No conocían la ciudad así que le pidieron al taxista que los llevara a un hotel medianamente barato. Llegaron al hotel y tomaron una habitación.

-Seiya... ¿Cuánto tiempo nos vamos a quedar? Yo solo traje un poco de dinero que tenía guardado ¿y no creo que tú tampoco tengas tanto? – preguntaba Serena preocupada. – Tengo ahorros en el banco, pero no sería conveniente que lo sacara, se darían cuenta inmediatamente de donde estamos...

-No te preocupes Bombón, tenemos ayuda. – dijo muy feliz y seguro.

-¿Ayuda? ¿De quién? – preguntó sorprendida.

-Pues verás, justo ayer recibí un mensaje de tu amigo Haruka.

-¿Haruka? ¿El italiano? ¿Cómo fue que te mandó mensaje? – Estaba confundida.

-Pues, la última vez que nos vimos intercambiamos números... quien iba a decir que en algún momento lo íbamos a necesitar. - dijo pensativo.

-¿enserio? Pues que bueno ¿y cómo nos va a ayudar? – dijo mientras se sentaba en la cama de la pequeña habitación.

-Pues, me preguntó que como estábamos y le conté todo lo que había pasado, así que se ofreció a ayudarnos, supuso que no tendríamos mucho efectivo para escaparnos, así que dijo que cuando llegáramos a dónde sea que fuéramos, me pusiera en contacto con él y nos mandaría dinero.

-¿Pero cómo hará eso si él está en Italia?

-Pues no lo sé... me dijo que confiara en él. Ven, salgamos. - tomó su mano y la hizo ponerse de pie. – Anoté en una hoja su número, llamémosle desde algún teléfono en la calle para visarle donde estamos.

Salieron del hotel y cerca de ahí estaba una cabina telefónica. Marcó el número que tenía anotado en una pequeña liberta y éste contestó inmediatamente.

- Hola Haruka, Soy Seiya, estamos en Osaka. Está bien, sí, déjame anotar. – sacó una pluma de su chaqueta y anotó lo que el joven le dictaba. – Bien, ahí iremos entonces, muchas gracias. Sí claro, yo la saludo de tu parte y nuevamente muchas gracias. – dijo sonriendo volteando a ver a Serena que estaba parada junto a él. – Claro, está bien. En cuanto tenga un nuevo número te marco, hasta luego. - colgó.

Amigos noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora