De regreso a casa...

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Cuando la tarde acabó los cuatro regresaron al internado, Seiya estaba triste de separarse de Serena otra vez, pero sabía que pronto estarían juntos para siempre, así que ese dolor temporal pasaría.

-Seiya...

-Dime, Bombón. ¿Qué pasa?

-Estoy nerviosa.

-¿Porqué? Aún ni siquiera tomamos el avión a Japón.- dijo bromeando. – Ya hablando en serio ¿Qué pasa?

-No sé, de repente sentí mucha angustia. – dijo sujetando a Seiya de la playera, quien tenía su brazo rodeándola. – Me siento rara.

-Tranquila Bombón. - La enredó entre sus brazos y la confortó. – verás que todo estará bien. – besó su frente.

-Ey chicos! Hemos llegado. – dijo Haruka estacionando el auto fuera del internado.

-Bueno, pues muchas gracias por el paseo, todo estuvo magnifico. Seiya, es hora de irnos. Despídanse. – dijo Michiru mientras sostenía la manija del auto para salir. Giró su cara hacía Haruka y sólo sonrió.

-¡Oye! ¿Eso que significó?

-Un Gracias.

-¿Cuál gracias? Mañana paso por ti para ir a cenar ¿está bien?

- Claro, a las ocho te veo aquí. Adiós.

- Que rara es... - dijo Haruka mientras veía salir a Michiru del auto. – Andiamo Princessa.

-Haruka ¿podrías permitirnos unos minutos por favor?

-Pues no creo que tenga otra opción. – se bajó el auto.

-Seiya...

-Dime Bombón.

-En dos días estaremos en Japón. ¿Estás listo para lo que viene?

-Claro que estoy listo Bombón. Y desde este momento te aseguro que nada ni nadie nos separará. Seremos padres y eso automáticamente nos emancipa de nuestros padres, así que, de aquí en adelante tú, nuestro bebé y yo formaremos la más bella familia que existe. Una vez que hablemos con nuestros padres, tendremos que buscar un lugar para quedarnos y obviamente buscaré un trabajo, seguiré estudiando y tú también, bueno hasta que el embarazo te lo permita. Pero te aseguro que saldremos adelante.

-Seiya, todo lo que dices se escucha tan fácil.

-No seas pesimista Bombón. Verás que todo saldrá bien. Además, no debes de dejar que las preocupaciones te ganen, recuerda que llevas a nuestro hermoso bebé dentro y él no se merece que antes de nacer ya lo estés bombardeando con sentimientos negativos, así que positiva por favor.

- Tienes razón. Creo que han de ser las hormonas del embarazo.

-Bueno Bombón, te veo mañana, te amo.

-Yo más. – se despidieron con un fugaz beso en los labios y Seiya bajó del auto.

De camino al hotel, Serena seguía sintiéndose extraña. Fue todo el camino en silencio hasta que Haruka la sacó de sus pensamientos.

-Ey Princessa ¿Qué tienes? No has hablado nada desde que nos despedimos de tu novio.

-No lo sé. Realmente no lo sé.

-¿Y qué es lo que no sabes?

-Me siento rara, tengo una opresión en el pecho y no sé por qué.

-¿Será la emoción de verme?

Lo miró por el retrovisor y solo sonrió. – No creo que sea eso.

-¿Entonces?

-No sé. Tal vez sea el hecho de pensar que viajaremos a Japón y se avecina una gran tormenta. - dijo volviendo a mirar hacía la ventana.

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