Un respiro...

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Conforme los días pasaban, Seiya ya no sentía tan triste por todo lo que estaba ocurriendo, el amor de Serena y la comprensión de los padres de ésta lo ponían feliz y tranquilo.

-Bombón, estoy muy emocionado, por fin iremos a conocer a nuestro bebé. – dijo Seiya mientras se alistaba para salir.

-Yo también estoy muy emocionada, por fin veremos cómo está y como ha crecido. – dijo feliz cepillándose el cabello.

-Ven, vámonos, que estoy muy nervioso ya quiero llegar. - la tomó de la mano y salieron juntos de la habitación.

Una hora más tarde, estaban en el consultorio de la ginecóloga.

-¿Y bien? ¿Cómo ve todo doctora? - señaló Serena mientras la ginecóloga le hacía un ultrasonido, estaba ansiosa, quería saber si su bebé estaba bien.

-Tranquila jovencita, entiendo que estés nerviosa, pero no hay nada de qué preocuparse, mira, este puntito que ves aquí. - dijo apuntando al monitor frente a ellos. - es tu bebé, aún es pequeño, pero como puedes oír, ese bum bum es su corazón y late a la perfección, él tiene buen tamaño, así que te puedo decir que todo está bien.

-Doctora entonces ¿no hay nada de qué preocuparnos hasta el momento? – preguntó Seiya con un nudo en la garganta al ver por primera vez a su bebé.

-No, todo va perfectamente, solo que Serena tiene tomar sus vitaminas y el ácido fólico que le voy a recetar y en un mes tienen que venir a revisión. Ya saben buena alimentación y nada de estrés. - sentenció.

-Sí doctora no se preocupe, yo la cuidaré bien. – aseguró.

-Bien, me parece perfecto. Ya puedes ponerte de pie.

-Sí doctora gracias. Disculpe, tengo una pregunta. – dijo mientras se limpiaba el gel del vientre y se acomodaba su ropa. Sentía mucha pena por lo que quería preguntar, pero éste era el momento justo para hacerlo.

-Dime ¿Que necesitas saber?

-mmmm verá, ¿No hay problema en que Seiya y yo sigamos teniendo relaciones? – su cara estaba como tomate, en serio le daba mucha pena preguntar algo así pero necesitaba saber que no habría problema con su bebé.

La doctora la miró por sobre los lentes y sonrió. – No Serena, no hay ningún problema, solo no hagan nada brusco ¿ok?

Seiya solo se limitó a ver de Serena a la doctora y viceversa, no creyó que su Bombón preguntara algo así, moría de la vergüenza, pero ya con esa información su entrepierna saltó de gusto.

Cuando salieron del consultorio, se tomaron de la mano en silencio. Seiya estaba aún muy emocionado por haber visto por primera vez a su hijo o hija y Serena estaba muy feliz de que todo fuera bien, pero sobre todo porque ahora podría amar a Seiya como tantas ganas tenía de hacerlo desde hace unos días.

-Bombón... - se adelantó unos pasos y se paró frente a ella, con un mano la abrazó y con otra levantó su cara para verla directamente a los ojos.

-Dime Seiya. – dijo con un poco de reserva, esperaba que no fuera a reclamarle el haber sido tan directa con la ginecóloga.

-Quiero que sepas, que te amo, que me haces inmensamente feliz al estar conmigo. Te prometo que cuidaré de ti y de mi hijo sin importar nada. – se hacía un nudo en su garganta mientras expresaba cada palabra.

-Seiya, yo también te amo inmensamente, y ahora estoy muy feliz porque hemos visto a nuestro bebé, sabemos que está bien y esa es una alegría muy grande para mí. Sé que cuidarás de nosotros, no tengo duda de eso. – limpió una lágrima que amenazaba con salir de sus bellos ojos.

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