37. Sentimientos al tope.

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Caroline

Cuando creí que poco a poco comenzaba a sacarlo de mi corazón o si quiera de mis pensamientos, vuelve a aparecer para recordarme que es el único hombre a quien le pertenece mi corazón, el primero en demostrarme lo que era querer y ser correspondido, él único que ha logrado hacerme llorar peor que una magdalena, él con sus ojos color café oscuros, cabello cobrizo que ahora lo tenía más largo de lo normal y se le despeinaba de una manera hermosa, si, se veía mucho más atractivo a pesar de que su vestimenta estaba en desalinea, simplemente no importaba como se vistiera, no dejaba de verse bien, o más que bien, seguía estando estúpida por él.

Dereck Coleman.

Él hombre que me abrió las puertas para conocer el sentimiento más puro y peligroso... El amor.

Me abrió la puerta donde aprendí con él, lo que era hacer el amor con la persona indicada, quizás incorrecta, pero él fue el indicado para hacerme conocer las maravillas de sentir emociones que jamás había imaginado.

Dereck.

Un hombre que amo con todas mis estúpidas fuerzas, él único hombre que he extrañado como imbécil, él único por el cual he sentido que mi vida no es nada sin él.

Y ahora lo tengo aquí, y no quiero dejarlo ir; lo amo, lo amo, lo amo, como una maldita desesperada, no quiero que se vaya, no quiero que me deje, y por esa causa apretó mi abrazo cada vez más para sentir que no es un sueño y en verdad lo tengo entre mis brazos para poder disfrutar nuevamente de su colonia, de su calor, de su cuerpo pegado al mío.

Unas inmensas ganas de llorar crecen dentro de mí, combinadas de felicidad y tristeza.

¡por fin vuelvo a verlo!, aunque sé que está mal.

Los brazos de él me aprietan un poco más por la cintura y siento su respiración caliente en mi cuello, una sensación agradable, tranquilizadora y desgarradora al mismo tiempo.

- te amo...

Susurró en mi cuello con su voz temblorosa, quizás por la emoción de volvernos a ver.

Sus palabras me erizaron la piel y mis piernas las sentí débiles, cerré los ojos y respondí con total honestidad.

— te amo...

El tiempo parecía no transcurrir, nos quedamos así un buen rato, ninguno de los dos estaba dispuesto a separarse, queríamos seguir como sanguijuelas y como quisiera que se nos concediera ese milagro; pegados, abrazados, pero juntos...

- ¿te gusto mi sorpresa?

Volvió a susurrar sin movernos o tener la intensión de soltar nuestro abrazo.

— me encanto, gracias...

Sin soltar el abrazo, hice un poco de distancia para poder ver sus hermosos ojos que tanto extrañaba, los ojos que me hacían derramar lágrimas cada noche al no tenerlos frente a mí, mirándome de una manera especial, tan única.

Dereck, elevo la comisura de sus labios y me miró como tanto deseaba volver a ver.

En mi pecho creció un fuerte dolor al ver en sus ojos una inmensa tristeza, ya no radiaban el mismo brillo que solía tener cada que nos veíamos, por debajo se le veían ojeras y su cara se veía ligeramente más delgada. Mis ojos se cristalizaron al ver que no era la única que sufría.

Subí mis manos hasta su rostro y con delicadeza pasé mis pulgares por sus ojos, Dereck los cerró sintiendo la delicadeza de mis caricias.

— me rompe el alma verte así...

Luna RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora