• CAPÍTULO 30 •

2.8K 159 25
                                    



Estaba todo oscuro. Se que estoy en mi habitación. O bueno, en el cuarto donde duermo, no puedo decir que es mi habitación, pues esta casa no es mía.
¿Porque no hay luz?... Intento buscar el interruptor. Mierda, ¡Auch! me pegue con algo

Siiii, ¡Aquí está! ¿Porque no prende?

- mierda, se fundió el foco - me dije a mi misma.

Suspiro y me voy a sentar a la cama.

Me siento, pero. No estoy sola. Siento que alguien más está en esta habitación. ¿Quien es?

- ¿Quien anda ahí?

No obtuve respuesta

- ¿Ruggero? ¿Eres tú?

Siento que alguien se sienta a un lado mío.

Esto  me está dando ¡Mucho miedooo!

- soy yo hermosa, no te asustes.

Derrepente se encienden las luces dejando ver el rostro de ruggero. Di un gran suspiro de alivio. Pensaba que era un ladrón, o aún peor, un ¡Fantasma!

- mierda, ruggero, me asustaste jajaja

Él solo se me queda bien muy callado. Eso hace que deje de reír y que me ponga algo nerviosa

- que... Que... ¿Que haces aquí?

No obtuve respuesta, solo clavaba su mirada en mi.

Me estoy poniendo muy incómoda. La forma que me mira ruggero es algo... Anormal. No habla, no se mueve, ¡Nada!¡¿que tiene?!

Giro mi mirada hacia el suelo.

...

Al cabo de unos segundos siento una mano en mi pierna, volteo y me sigue mirando, ¿Que hago? ¿La debo de quitar? No lo sé... Pero esta sensación se siente... Muy bien.

- ruggero, ¿Te sientes bien?

Otra vez no obtuve respuesta. Solo sentí que su mano empezaba a elevarse más y más.

Mmmm... Diablos, se siente tan bien...

Justo cuando estaba por llegar a donde debía de llegar, pasa algo.

Se detiene.

¡¿Porque?!

Siento una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

- Karol

- ¿Ss...si?

- quiero hacerlo contigo.

WoW que directo.

Estaba por hablar, pero se abalanzó sobre mí. Uniendo nuestros labios.

Me recostó en la cama mientras que él se posicionaba sobre mí.

¡Maldita sea! Sus besos eran adictos.

Empezó a recorrer sus manos por todo mi cuerpo. Se sentía tan bien.

- ahhh... - empezé a gemir cuando sus besos descendían por mi cuello, dejando besos húmedos que me hacían estremecer.

Bajo más y más.

De un momento a otro, metió sus manos dentro de mi blusa, se separó tantito de mí para poder sacarmela

¿Cómo La Bella y La Bestia? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora