• CAPÍTULO 42 •

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- ¿Estás perdida? - le pregunté a la niña poniéndome de cuncliyas

- ¡Quiero a mi mamaaaa! ¡Aaaaaaa!

- noooo... No llores, mira, vamos a encontrar a tu mamá ¿Está bien?

- ¡MAMAAAAAA!

- a ver... ¿Como es tu mamá? - me paré y le extendí la mano - te voy a ayudar a encontrarla, ¿Cómo te llamas? - no me contestó - Yo me llamo Karol, Karol Sevilla

- mi mami dice que no debo de hablar con desconocidos

- y eso está súper bien... Tienes toda la razón, pero mira, te voy a ayudar a encontrarla ¿Está bien? Solo dime ¿cómo es?

- es... Ammm... - finalmente me tomó de la mano para empezar a caminar - es... De pelo rubio

- ¿Que ropa trae puesta? Osea... El color de su ropa

Se quedó parada viendo hacia la nada, sus lágrimas ya habían secado, pero de nuevo puso su facción de tristeza - ¡No me acuerdo! ¡Aaaaaa! ¡Mamaa! - se tomó a llorar de nuevo

- tranquila, no llores ¿Si? - me puse de su tamaño para limpiarle las lágrimas - todo va a estar bien, deseguro tu mamá te está buscando también...

- me... Me... ¿Me lo prometes?

- te lo prometo, anda, vamos a buscarla

Tomé el carrito de supermercado y por un lado tenía a la niña tomada de la mano en busca de su mamá. La niña tenía alrededor de unos 4 o 5 años... Vestida con un vestido color rosa, rubia, con dos coletas en el cabello.

- me llamo Roma - dice derrepente la niña

- bien Roma, que te parece si vamos a la área de gerencia para avisar a una niña extraviada, ellos estarán al pendiente de tu mamá y nos avisarán cualquier cosa ¿Si?

- si... - caminamos hasta el fondo de la tienda hasta llegar a la área de supervisión. Les dije sobre la niña extraviada y tomaron nota.

Cargué a la niña en mis brazos y salimos de esa área para ver si venía la mamá.

- ¿Karol? - llega derrepente ruggero con varios licores en las manos

- oh... Hola ruggero ¿Encontraste lo que querías?

- ehh... Sí... Encontré los licores... Amm... ¿Ay algo que quieras decirme? - jajaja se refería claramente a la niña que tenía en mis brazos

- oh, ella es Roma, se extravió y ahora estamos esperando a su mamá.

- pero la tienda casi está vacía, creo que su mamá ya se fue y se olvidó de ella. - la niña lo escuchó y empezó a llorar de nuevo

- ¡MAMAAAAAA! ¡AAAAAAA! ¡MAMAAAAA! ¡MAMAAAAAA! - le fruncí las cejas a ruggero

- idiota... Tranquila Roma, tu mamá no te dejo aquí, deseguro ya viene por ti... Él solo es un imbecil que no sabe lo que dice - la tranquilicé - que te parece si... ¿Vamos por un helado?

- ¡DE LIMÓN! ¡SI! ¡UNA NIEVE DE LIMÓN! - me reí, tomé el carrito y comencé a caminar, pero era algo difícil, porque aún tenía a la niña cargada

- ¿Te ayudo? - dice ruggero por detrás - te va a doler la espalda si la sigues cargando

- ¿Que? Amm... Claro... - dejó sus licores en el carrito y fuimos a un pequeño apartado donde vendían helado

- ¿Quien eres? - le dice Roma a ruggero - ¿Cómo te llamas?

- me llamo ruggero ¿Y tú?

- Soy Roma, un gusto. ¿Tu de que vas a querer tu helado?

¿Cómo La Bella y La Bestia? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora