• CAPÍTULO 38 •

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Porfavor, lean la nota que les dejé al final, es algo importante.

El señor juez tuvo que pasar por nosotros a la mansión para llevarnos a la nueva casa.

...

Pasaron alrededor de 4 horas, y al fin llegamos a la casa, todo está oscuro era de noche... Realmente me sorprende que casi no se veía nada, casi lo único que alcanzaba apreciar era la luna reflejada sobre el mar.

Nos bajamos del coche, y pude ver que a tan sólo unos metros del mar se encontraba una casa, la casa era pequeña, realmente pequeña, era de tan sólo un piso, para describirla bien... Digamos que parecía una cabaña. Y siendo sincera, conozco muy bien a ruggero, y sé perfectamente que no le gusta este tipo de casas...

- ¿¡Aquí vamos a vivir?! - exclama ruggero al bajarse del coche y ver la cabaña.

- sólo por un tiempo señor pasquarelli, Ya verá que este lugar es muy cómodo, tiene todas las instalaciones eléctricas, esta amueblada perfectamente, el refrigerador está lleno... Y hay excelente señal de wifi. - pude notar como ruggero le rodaba los ojos.

- bien bien, como sea. Ya solo quiero acabar con este estupido castigo.

Dicho esto, toma sus maletas y entró.

- Señor... Perdón que pregunte, pero... ¿Qué pasará con Ezra?

- ¿Ezra? - asentí - oh, bueno... Digamos que él pasará un laaargo tiempo tras las rejas. - sonrió, y se aproximó hacia mis maletas para ayudarme a meterlas.

... No puedo creer, todo es tu culpa Karol, jamás te hubieras involucrado en esto y JAMAS estarías ahora mismo en esta casa, o tampoco estaría Ezra en la prisión. ¡Te encanta meterte en problemas! ¡Bravo!

Bufé y entré a la casa. Con mucho cuidado, pues como lo dije anteriormente, ¡No se ve nada! No hay ni una sola luz encendida.

...

La casa es la linda, es acogedora, es como cualquier cabaña, está hecha de madera, está muy bien amueblada, tiene sólo una mesa con 4 sillas pequeñas, junto con una sala de estar con sofás pequeños, a un lado una vitrina con libros y juegos de mesa...

- espere, espere, espere - aparece ruggero saliendo de una habitación. - aquí sólo hay tres habitaciones... El baño, la cocina con la sala de estar, y una recámara.

- ¿Qué tiene de malo Señor pasquarelli?

- ¿¡No me escuchó?! ¡Sólo hay una maldita habitación! ¿¡Cómo se supone que vamos a dormir?!

- oh... Se me había pasado decirles eso, tendrán que compartir habitación... - fruncí el ceño y rápidamente caminé hacia la habitación.

Y sí, efectivamente sólo había una cama, con una pequeña mesita de noche, un sofá café, y una televisión. Estaba muy bien amueblada, pues para ser sólo una simple cabaña, tenía sus pequeños lujos. Pero ahí está el problema.

¡SOLO HAY UNA MALDITA CAMA!

- ¿¡Nunca se le ocurrió que yo necesito mi propia habitación?! - me altere y le grité al juez.

- perdone señorita... Se me olvidó por completo el hecho de...

- ¡Agh! ¡Olvidelo! ¡Quiero regresar ahora mismo a la mansión! ¡De hecho quiero regresar a buenos aires ya! ¡No me pueden dejar aquí! ¡Y menos con esa persona! - señalé a ruggero, quien me veía penetrante, recargado sobre el marco de puerta. - ¡Lo exijo ahora mismo!

- eh... Lo siento, pero realmente estarían violando la ley si eso pasara, así que mejor los dejo solos. Me marcho. - Sí, se marchó dejándonos a ruggero y a mi solos en aquella pequeña habitación. Lo último que escuchamos fue como arrancaba el coche y se iba.

¿Cómo La Bella y La Bestia? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora