• CAPÍTULO 48 •

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- no

- ¿No que?

- no, no, no, ¡Ruggero cómo crees! Eso ya pasó

- no Karol, regalo es regalo. - sonrió burlón

- no ruggero, eso ya pasó, además tú tienes una relación, y yo...

- tu que. - frunció el ceño

- Yo... Me quiero olvidar de tí... - se me quedó mirando... - ruggero ... Ya déjame salir

- no hasta que me cumplas 4 cupones... Fuiste tú la que me los regalo, y además, regalo es regalo...

- eso ya tiene mucho...

- cuando me los diste tampoco estábamos juntos, además no veo ninguna fecha de vencimiento.

- ¡agh! Estás loco...

- señorita Karol... Tendrá que hacerme los cupones, quiera o no... No la dejaré salir de aquí hasta que los cumplas

Mierda.

No puede ser tan difícil ¿Verdad?

Suspiré - bien, ¿Con cuál empiezo?

Sonríe victorioso

De los cuatro, escoge uno, y me lo entrega.

- baile erótico - me dice... Mmm... Mierda... Pues... ¡Agh! ¡¿Porque se los di?!

No puede ser tan difícil... ¿No? Ya lo eh hecho antes...

- claro, como el que le hice a Germán en la fiesta...

- ¡¿Le hiciste un baile a Germán?!

Mierda. Lo dije en voz alta.

- ehh...

- ya Karol, solo, empieza.

Se acomodó de nuevo, y tomó su copa de vino...

- no puedo bailar sin música

- oh, lo siento. - tomó un control remoto y puso una música lenta ... - ¿Esa está bien?

Asentí con la cabeza.

Empecé a moverme al ritmo de la música... Era lenta, así que mis caderas iban lentamente de un lado a otro...

Me solté el cabello... Haciendo que cayera sobre mis hombros.

... Seguía moviéndome... Empecé a jugar con mi blusa... Lentamente la fui levantando... Hasta que me la quité.

Sus ojos se clavaron es mis pechos. imbécil

...

Seguía moviéndome al ritmo lento, sus ojos recorrían todo mi cuerpo... Aún tenía esa copa en la mano que lo hacía ver muy sexy

Jugué con los botones de mi pantalón... Lo desabroché lentamente, y baje la cremallera... Sus ojos ahora estaban en los movimientos que hacían mi mano

... Lo desabroché por completo, y los fui bajando, lentamente y sensual.

Su mirada aún seguia clavada en mis manos.

Aghh, todo los hombres son iguales.

Los fui bajando, lentamente, hasta que dieron al suelo... Y me los quite.

Los aventé por un lado... Y comencé a seguir bailando... Moviendo mis caderas, solo en bragas.

Quién lo diría... Estoy haciéndole un baile sensual a mi ex, gracias a unos estúpidos cupones que le di hace mucho.

¿Cómo La Bella y La Bestia? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora